Nuestro viaje empezó en Bilbao, donde, por primera, vez cogimos un vuelo con la compañía Volotea. Pero, sobre todo, era la primera vez que volábamos con nuestra hija, África. Toda una experiencia por descubrir. No es un vuelo muy largo, pero, teniendo en cuenta que tenía 4 meses, para nosotros era todo un reto, completamente distinto al que nos habíamos enfrentado. Además de la parte emocional, de miedos, incertidumbres, etc. existe una parte logística que tampoco conocíamos: cómo llevar el carro, si llevar porteo o carro, llevar ambos, qué ropa y artículos llevar para ella… En fin, toda una pequeña odisea, de la que, en mejor o peor medida, salimos airosos, para ser nuestra primera experiencia.

Tras casi dos hora de vuelo, llegamos al aeropuerto Marco Polo de Venecia, el más cercano a la ciudad. Desde allí hay varias opciones para ir al centro: en bus, en taxi, en barco-taxi y, también, en un bus acuático, que fue la opción que escogimos nosotros.  Prácticamente todas las opciones te llevarán el mismo tiempo, salvo el barco-taxi, que será más rápido, pero también te costará más de 100€.

En el caso del bus acuático, la compañía se llama Alilaguna. Tarda aproximadamente 1 hora en llegar hasta a Venecia y cuesta 15€ por adulto. Puedes comprar los tickets online, en las máquinas expendedoras, una vez llegues al aeropuerto, o en las taquillas de la compañía. Después, sólo tendrás que seguir los carteles que llevan al muelle, desde donde salen todas las embarcaciones hacia Venecia. Desde la terminal de llegadas, hay más de 15 minutos andando hasta el embarcadero.

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Cómo llegar a Venecia en barco desde el aeropuerto Marco Polo

Una vez allí, tendrás que ponerte en la cola de la línea que te lleve al punto que quieras. Hay dos líneas: azul y naranja. Puedes ver las paradas en la web de Alilaguna. Nosotros cogimos la línea naranja, ya que nos dejaba en Rialto.

La embarcación es un pequeño barco en el que caben 10-20 personas con su equipaje. El trayecto es tranquilo, aunque a ratos un poco movido, depende del oleaje. Lo mejor de esta opción es que te permite ir viendo Venecia, desde lo lejos, y una vez te vas acercando, a través de sus canales. Creemos que es una experiencia que merece la pena.

Nos bajamos en la parada del famoso Puente Rialto. Desde allí, fuimos directos al Hotel Caneva, que habíamos reservado con anterioridad. Para llegar nos habían mandado un vídeo de cómo hacerlo, ya que es casi imposible no perderse entre las callejuelas de la ciudad. Finalmente, lo encontramos, escondido, a unos 5 minutos del puente. Dejamos nuestras cosas y nos fuimos a pasear por Venecia, disfrutando de sus calles y canales.

Callejeando, dimos con un restaurante que tenía opciones sin gluten y paramos a cenar: Restaurante La Rivetta.

Al día siguiente, visitaríamos la ciudad en profundidad. Te contamos cuáles son los imprescindibles de Venecia en nuestro post Qué ver en Venecia.


Para ver el itinerario completo de nuestro viaje, entra en 13 días en Eslovenia y Croacia.