Nos levantamos en Bujara, con ganas de poder disfrutar de la ciudad más tranquilos. Desayunamos en el patio del hotel, donde nos sirvieron café, tostadas y algo de fruta. Un desayuno rico y tranquilo, mientras repasábamos nuestras notas sobre qué ver ese día.

Necesitábamos cambiar algo de dinero, así que fuimos a una pequeña tienda de alfombras que nos habían recomendado en el hotel. El proceso, fue curioso, ya que, aunque era una práctica totalmente habitual (a día de hoy no debe serlo tanto), los cambistas actuaban con total discreción… Al preguntar por el cambio, nos llevaron a una especie de trastienda, donde nos cambió algunos billetes de € y $ por un inmenso fajo se SOM. Como suele suceder, hay determinados billetes de dólares que no admitían. Por supuesto, aquellos que estuvieran muy doblados, pero, sobre todo, aquellos demasiado antiguos, ya que parece que, después, les era muy difícil cambiarlos. Como cada vez que cambiamos moneda uzbeka a lo largo del viaje, no nos dejaba de sorprender la cantidad de billetes que nos daban y la facilidad de los cambistas para contarlos rápidamente.

Tras acabar, nos pusimos en marcha y nos dirigimos al primer punto del día: el Char Minar o «cuatro minaretes». Es un pequeño edificio con cuatro torres con sus cuatro cúpulas azules. Estaba en restauración cuando lo visitamos. Pudimos entrar dentro, aunque es tan pequeño que en apenas 1 minuto lo habíamos visitado. Sobre todo, nos hizo ilusión verlo, pues es el monumento que aparecía en la portada de nuestra guía de viajes a Asia Central.

La estructura fue construida por Khalif Niyaz-kul, en 1807, bajo el gobierno de la dinastía Manghit.

Char Minar Bujara
Char Minar en Bujara
Char Minar Bujara
Char Minar

Desde allí, nos dirigimos a las madrasas Ulugbek y Abdulaziz Khan. Están una enfrente de la otra. Simplemente las contemplamos desde el exterior, ya que habíamos leído que ambas eran de pago, que estaban en fase de reconstrucción y que sólo podríamos encontrar dentro tiendas de souvenirs. Y ciertamente, cuando pasamos por delante, estaban restaurando la zona exterior de las mismas.

Medrassa Ulugbek
Medrassa Ulugbek. Bujara

A unos metros caminando, llegamos de nuevo a la plaza donde se encuentra el minarete Kaylan. Allí mismo, están la mezquita Poi Kaylan y, enfrente, la madrasa Mir-i-Arab.

A la impactante madrasa, cuya fachada habíamos contemplado el día antes, al atardecer, no se podía entrar. La entrada principal estaba cerrada y habíamos leído que, normalmente, no se permitía la entrada. Contemplamos una vez más la imponente fachada. Sí entramos a la mezquita Poi Kalyan, donde el precio de la entrada fue de 6.000 SOM por persona (aproximadamente 1,5 €).

El minarete del complejo de la mezquita de Poi-Kalyan, de unos 45 metros de altura, es uno de los lugares más emblemáticos de la ciudad. Fue construido por Mohammad Arslán Khan, de la dinastía Qarajánida, en 1127, para convocar a los musulmanes a la oración cinco veces al día.

Minarete Kalyan
Minarete Kalyan
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Dentro de la mezquita Poi Kalyan
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Interior de la mezquita Poi Kalyan

El interior de la mezquita es un lugar donde pasear tranquilo, en silencio, mientras contemplas cada uno de los pequeños detalles de las cerámicas de colores. Nos gustó mucho y, desde nuestro punto de vista, merece la pena visitarlo.

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Patio de la mezquita Poi Kalyan
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Mezquita Poi Kalyan

Al acabar la visita, buscamos algún sitio para comer. Nos habían recomendado un restaurante cerca del hotel, así que volvimos para comer en el Minzifa . Tiene una terraza tranquila, donde comer, con buenas vistas de la ciudad. Comimos muy bien, una variedad de platos, con fruta de postre y acompañado con zumos naturales. Pagamos unos 80.000 SOM (unos 21€).

Tras la comida, nos dirigimos andando a la fortaleza Ark (o Arq). Llegamos en unos 20 minutos, dando un paseo desde el minarete Kalyan. Fue un poco sofocante, ya que hacía mucho calor y el sol pegaba fuerte.

La fortaleza es el edificio más antiguo de Bujara, data del siglo V y sólo se conserva, aproximadamente, el 25% de su estructura original. Fue un estructura militar, además de una ciudad en sí, en la que habitaban las cortes reales que gobernaron Bujara. Hoy en día, se puede visitar el interior, que alberga museos que representan la historia de la ciudad y la zona.

La entrada nos costó 30.000 SOM por persona (unos 8€). Es uno de los monumentos más caros de la ciudad. Además, no es el más bonito de Bujara y por lo que, para nosotros, la visita al interior, no merece mucho la pena.

Fortaleza Ark Bujara
Entrada a Fortaleza Ark. Bujara
Fortaleza Ark Bujara
Fortaleza Ark Bujara
Fortaleza Ark Bujara
Fortaleza Ark Bujara

Al acabar la visita a la fortaleza, cruzamos la calle para contemplar la mezquita Bolo Hauz, con una estructura particular y totalmente diferente a lo que estábamos acostumbrados. Data de 1712, pero no fue hasta 1917 cuando se incluyeron las columnas de madera tan características de las mezquita. La entrada, al igual que su interior, está perfectamente ornamentada y tiene unos colores preciosos y llamativos.

Se puede visitar por dentro y es gratuita.

Mezquita Bolo Hauz Bujara
Mezquita Bolo Hauz

Tras visitar la mezquita y sentarnos un rato para descansar a la sombra, al borde del estanque, fuimos a dar un paseo al Samonids Recreation Park, donde se encuentra el mausoleo de Ismail Samani. Fue construido entre los siglos IX y X como lugar de descanso de Ismail Samani, el poderoso emir de la dinastía Samánida,

Mausoleo de Ismail Samani
Mausoleo de Ismail Samani

Desde el mausoleo, fuimos paseando de vuelta a la zona del hotel, parando de nuevo enfrente de la mezquita Poi Kaylan, para ver cómo habían cambiado los colores con los rayos del sol de la tarde. También entramos en bazares y mercados para comprar algún souvenir para nosotros. Encontramos unas fundas de cojín, hechas a mano, que aún tenemos y usamos, recordando nuestra estancia en Uzbekistán con mucho cariño.

Volvimos a cenar, de nuevo, al restaurante Budreddin. Repetimos unas brochetas con verduras y un par de cervezas. Pagamos unos 80.000 SOM (unos 21€).

Tras un día largo, nos fuimos a descansar. Al día siguiente viajaríamos a Khiva.


Para ver el itinerario completo de nuestro viaje, entra en 21 días en Kirguistán, Tayikistán + GBAO y Uzbekistán.