Nos levantamos temprano en Valparaíso, desayunamos y, como estábamos conformes con lo que habíamos visto de la ciudad,  decidimos acercarnos a la terminal para ver si nos adelantaban la vuelta a Santiago de Chile, que teníamos para el mediodía.

Fuimos en trolebús al terminal de buses. La parada está a 2 minutos andando, en la calle Prat. Como siempre, le indicamos al chófer dónde queríamos ir y nos indicó dónde bajarnos, aunque era la última parada.

Puedes coger cualquiera de estos números de trolebús: 501/505/507, ya que los tres tienen su última parada cerca del terminal. El billete nos costó 250 CLP (unos 0,5€) cada uno.

Fuimos directos a la ventanilla de Pullman Bus y, sin ningún problema, nos cambiaron los billetes para el siguiente bus que salía a Santiago de Chile.

Al llegar a la Terminal Alameda, en Santiago de Chile, salimos de la estación para ver cómo ir al hotel. Justo en la entrada suele haber bastantes taxis, así que cogimos uno. El trayecto fue largo, ya que había mucho tráfico. Nos costó 5.600 CLP (unos 7€). Cuando vas en taxi, en Santiago, hay que ir atento por dónde va. Suelen intentar dar más vuelta de lo habitual para cobrarte de más.

Nos alojamos en el Eco-Hostal Tambo Verde, en el barrio Bellavista. El precio es algo más caro de lo que solemos pagar por noche y habitación, pero siempre nos gusta ese pequeño extra como último homenaje de las vacaciones. Está situado en un barrio residencial. Para acceder a tiendas o restaurantes hay que ir a la calle Bellavista. El hecho de que adaptasen el desayuno de David, comprándole el día anterior productos que pudiese comer, es algo que tenemos que destacar positivamente. Eso sí, es mejor avisarles por email cuando reservas, como hicimos nosotros.

Después de una ducha y recargar pilas, nos fuimos a dar un paseo por la zona.

Fuimos a la plaza Caupolicán, donde está el acceso al funicular que sube al Cerro San Cristóbal. Hay un quiosco de información donde nos indicaron los horarios y tarifas para subir.

Funicular Cerro San Cristóbal, Santiago de Chile
Funicular Cerro San Cristóbal

Como había mucha cola, decidimos dejarlo para el día siguiente.

Después, fuimos al Patio Bellavista. Es una especie de plaza llena de restaurantes. Parece un centro comercial de restaurantes al aire libre.

Patio Bellavista sin gluten free viaje Santiago de Chile
Patio Bellavista

En los alrededores de la plaza también hay otros restaurantes, más típicos y más baratos. Nosotros optamos por uno de dentro del Patio, ya que en el resto era difícil encontrar algo sin gluten. Nuestra intención era comer una Chorrillana, el plato típico de Chile, pero en ningún lado pudieron asegurarnos la ausencia de contaminación cruzada en las patatas fritas, ingrediente fundamental para una Chorrillana.

Comimos en el Restaurante Barrica 94. Es un sitio un poco caro, pero la comida es de calidad. Comer dos personas nos costó unos 30.000 CLP (unos 37€).

Restaurante Barrica 94 Patio Bellavista sin gluten free viaje Santiago de Chile
Restaurante Barrica 94, Patio Bellavista

Después de comer nos acercamos a la Chascona, que se encuentra muy cerca del Patio Bellavista y, también, del hotel dónde nos alojamos. Pero estaban a punto de cerrar, así que decidimos irnos al hotel a descansar para recorrer al día siguiente todo Santiago.

La Chascona sin gluten free viaje Santiago de Chile
La Chascona

Decidimos cenar en el hotel, en la terracita que tenía nuestra habitación, un batido con unas galletas.


Para ver el itinerario completo de nuestro viaje, entra en 19 días en Uruguay, Argentina y Chile.