Nos levantamos en un día lluvioso en Piran, lo que hizo que nuestra visita a este pueblo no fuera la esperada. Tras desayunar y hacer el check-out en el apartamento, cogimos el coche para salir hacía Pula.

Teníamos el coche en el parking Fornače, en las afueras. Nuestro apartamento incluía una plaza de parking allí, aunque también puedes dejarlo pagando por horas o días. Desde y hacía el parking, hay un shuttle gratuito que hace varias paradas hasta llegar a la Piazza Tartini.

Cogimos este bus y llegamos al parking. Al igual que al entrar en el centro histórico de Piran, para salir, tuvimos la opción de entrar con el coche para recoger nuestras cosas. Al salir, simplemente mostramos en la barrera de salida el ticket que nos habían dado los dueños del apartamento y pudimos salir sin problema.

Nos dirigimos hacía Pula. Llovía muchísimo, así que pasamos de largo por una de las posibles paradas que nos habían recomendado hacer: Poreč. Avanzamos un poco más y llegamos a Rovinj, donde sí decidimos parar.

Hay varios parkings desde que entras en la ciudad. Nosotros aparcamos en uno de los parkings más cercanos al centro histórico. Es de pago. Coges un ticket al entrar y pagas después en una máquina de pago. Es caro. Pagamos unos 12€ por unas 3 horas.

Desde allí, fuimos andando para tratar de ver los puntos principales de Rovinj. El mal tiempo no nos dejó disfrutar de la ciudad como merecía, por lo que sólo pudimos callejear un poco. Además, llevábamos a África en carro, para que pudiera ir tapada, pero las empinadas calles, hacía el punto más alto, no están preparadas para ello. Nuestra recomendación: ir con buen tiempo y con porteo, si viajas con bebé.

Tratamos de ver algunos puntos clave.

Paseamos por el muelle, desde donde se puede tener una de las fotografías más icónicas de Rovinj, con el mar y sus coloridos edificios de fondo.

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La vista más icónica de la ciudad
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Coloridos edificios frente al mar

Desde allí, pasamos por el Mercado de Rovinj, donde vimos puestos de frutas, hortalizas y de otros productos típicos de la región de Istria, como la flor de lavanda y el aceite de trufa.

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Mercado de Rovinj

Antes de cruzar el arco dimos un pequeño paseo por el puerto, viendo las coloridas casas, los barcos amarrados y los muchos restaurantes y tiendas de souvenirs que dan ambiente a la ciudad.

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El puerto con el colorido Rovinj
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El puerto de Rovinj

Después, volvimos hacia Marsala Tita, donde se encuentran el Ayuntamiento y el Palacio Califfi.

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Marsala Tita

También pasamos por el Arco de Balbi, construida en 1679 y que es la entrada a las calles empedradas de la ciudad.

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Arco de Balbi

Continuamos callejeando por sus estrechas y empinadas calles, con rincones muy coloridos y bonitos. Hay muchísimas tiendas de artesanía, ropa, regalos.

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Piazza Matteotti
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Rincones pintorescos
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Callejeando por Rovinj

Finalmente, llegamos a la Catedral de Santa Eufemia y su famoso campanario. Fue construida a finales del siglo XVIII en honor Santa Eufemia, cuyos restos se encuentran en una cripta dentro de la misma. Aunque nosotros no subimos, se puede acceder al campanario a través de una escalinata, a la que se accede desde dentro de la Catedral. El precio, 20kn (unos 3€).

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Catedral de Santa Eufemia

A pocos metros de la Catedral de Santa Eufemia, se encuentra la Basílica de la Santísima Trinidad, que no visitamos ya que nos pilló un aguacero y simplemente nos refugiamos durante un buen rato en la Catedral. Después, bajamos, y volvió a llover. Nos calamos, así que apenas disfrutamos de la bajada, yendo directamente al coche, donde nos secamos, comimos algo y continuamos nuestro viaje a Pula.

Tras llegar a Pula, nos dirigimos a uno de los parkings gratuitos que nos había recomendado el dueño del apartamento donde nos íbamos a alojar. Hay otros parkings gratuitos que cierran por la noche, y también otros de pago.

Desde allí, fuimos andando unos 20 minutos hasta llegar a nuestro apartamento, en el centro histórico de la ciudad. Tras hacer el check-in, aprovechamos el resto del día para pasear por la ciudad tranquilos, ya que teníamos todo el día siguiente para visitar los puntos principales.

Callejeamos por el centro histórico y cogimos unas pizzas en Pizzería Júpiter para cenar tranquilos en el apartamento.


Para ver el itinerario completo de nuestro viaje, entra en 13 días en Eslovenia y Croacia.