Amanecimos en la ciudad costera de Piran. Las previsiones del tiempo daban lluvia, así que tratamos de levantarnos temprano para aprovechar y poder recorrer los puntos más importantes. Para saber cuáles son, puedes leer directamente nuestro post Qué ver en Piran.
Piran se puede recorrer fácilmente andando, aunque tiene algunas calles empinadas y algunas cuestas empedradas. Si viajas con un bebé, para visitar determinadas zonas, es recomendable hacerlo con porteo, o combinar porteo + carro.
El primer punto de nuestro recorrido fue la Piazza Tartini, que debe su nombre al pianista Giuseppe Tartini, que nació en Piran y que tiene una estatua en su honor en el centro de la plaza. En este centro neurálgico, puedes encontrar el Ayuntamiento, la casa donde nació Tartini, los tribunales, la iglesia de San Pedro, la oficina de turismo de Piran…
Desde allí, nos acercamos al paseo marítimo, donde hay muy buen ambiente con muchos bares y terrazas y donde tambié se pueden ver las zonas de acceso a los bañistas. Como Piran no tiene playas, como tal, a lo largo del paseo hay zonas de hormigón con escaleras para bajar al mar. Durante el paseo pasamos por la Iglesia – Faro de San Clemente. Se encuentra en la punta de la ciudad, donde antiguamente se hacían hogueras para guiar a los barcos. De ahí viene el nombre de Piran, que significa «fuego». Después, se instaló allí el faro. A su lado, podrás ver una escultura de la sirenita.
Aprovechamos para tomar algo en uno de las cafeterías de la zona, donde pudimos tomar un rico helado sin gluten.
Cerca de allí, se encuentra la Piazza I.Maggio, que fue uno de los puntos claves de la ciudad en la antigüedad y que hoy en día, aunque venida a menos, tiene su encanto, animada con sus bares.
Callejeamos, para llegar a una zona más alta de la ciudad, donde poder ver el Baptisterio y la Iglesia y Torre de San Jorge. No entramos al baptisterio, ni tampoco a la iglesia de San Jorge. A esta última, no se podía entrar, aunque la pudimos ver desde una verja colocada en la puerta principal.
Donde sí pudimos entrar fue a la torre de San Jorge, con unas vistas impresionantes de la ciudad. Tras subir los casi 150 escalones, se puede ver la Piazza Tartini, el mar, las murallas de Piran y prácticamente toda la ciudad. Es curioso estar ahí arriba entre las campanas, así como pasar por el mecanismo del reloj, mientras asciendes hasta el campanario. Subir cuesta 2€ para adulto y 1€ para niños entre 6 y 15 años.
Aunque nosotros no los visitamos, no muy lejos, puedes acercarte a ver la Iglesia y Claustro de San Francisco y la Iglesia de la Virgen de las Nieves.
Tras subir una empinada cuesta, llegamos hasta las murallas de Piran. Desde las murallas y sus torreones, se tienen unas vistas fantásticas de Piran, desde otra perspectiva totalmente diferente a las que habíamos tenido en el campanario de San Jorge. La entrada cuesta 2€.
A la tarde, aprovechamos a descansar en el apartamento, justo cuando llovía sin parar sobre Piran. Cuando mejoró un poco el tiempo, salimos a callejear por la ciudad, uno de sus principales atractivos.
Nos fuimos a descansar para al día siguiente cruzar a tierras croatas.
Para ver el itinerario completo de nuestro viaje, entra en 13 días en Eslovenia y Croacia.
