Nuestra ruta para hoy incluía visitar los famosos volcanes de lodo en el parque del Gobustán y la mezquita Bibi-Heybat por la mañana.

El chófer que habíamos contratado para nuestra estancia en Azerbaiyán, nos propusó quedar a las 10:00. Aunque intentamos en varias ocasiones durante el viaje quedar antes, en general, nos dimos cuenta durante todo el viaje, no sólo en Azerbaiyán, que esa es la hora de salida habitual. Nos parecía raro, ya que, con el calor, nos resultaba más normal madrugar y salir temprano…

Sin embargo, una vez que descubrimos que esa era la hora normal para empezar las rutas, aprovechamos a tratar de dormir un poco más, desayunar tranquilos, etc.

Desde el centro de Bakú hasta la entrada a la zona donde están los volcanes de lodo, hay aproximadamente 1 hora en coche. La carretera es bastante buena. En general, las infraestructuras en al país están bien.

Para entrar en la zona de los volcanes de lodo, no hay que pagar entrada. Sin embargo, desde la carretera hasta los volcanes, hay que conducir por un camino de piedras y tierra, que no todos los conductores o taxistas quieren hacer. Por eso, al inicio del camino, hay coches 4×4 o viejos lada, que hacen el recorrido de ida y vuelta por entre 20 y 40 AZN (entre 10 y 20€).

Es importante que aclares esto con tu conductor antes de ir. A nosotros no nos había avisado de hacerlo así, aunque habíamos acordado el precio y una vez allí, como no quiso hacer el camino, tuvimos que pagar un 4×4, que nos costó 30 AZN, pero que después le reclamamos nos devolviera, ya que habíamos acordado que él nos llevaría hasta los volcanes.

La ruta por el camino de piedras es de unos 15 minutos. Baches, curvas y conducción rápida, para llegar a una explanada, donde puedes ver los volcanes, con lodo borboteando. El efecto, se da por el gas acumulado bajo la superficie que hace que el lodo esté en continuo movimiento.

En esta zona, hay unos 10-12 volcanes más grandes y otros tantos mucho más pequeños. No nos impresionó demasiado, sobre todo teniendo en cuenta lo que nos había costado llegar allí. Es curioso, eso sí.

Se dice, que el lodo tiene propiedades curativas para la piel. Verás a mucha gente llenando botellas de plástico de lodo. Si quieres llevarte un poco, te aconsejamos lleves una. En caso contrario, los taxistas te ofrecerán botellas vacías previo pago de una pequeña propina.

Desde los volcanes de lodo hasta la mezquita de Bibi-Heybat hay unos 40 minutos por una buena carretera. Es una zona desértica, por lo que el paisaje no tiene mucho, más allá de ver los típicos extractores de petróleo en medio de la nada.

La mezquita de Bibi-Heybat es una de las más importantes de Azerbaiyán. Fue destruida por la Unión Soviética en el 1934 y reconstruida por el gobierno azerí en el año 1994.

La entrada es gratuita y está abierta de 6:00 de la mañana a 20:00 de la tarde. El problema es aparcar en la zona. Esto es un poco caótico, por lo que quizás tengas que aparcar un poco más lejos.

A la mezquita hay que entrar cubiertos en brazos y piernas, tanto hombres como mujeres. Además, las mujeres tienen que llevar pañuelo.

Para entrar en la zona de rezo, hay que dejar los zapatos en la entrada (fuera de las alfombras). Hay una zona de rezo para hombres y otra para mujeres. También una zona con tumbas de personas importantes del país y de la comunidad musulmana. A la entrada, encontrarás unas piedras redondas, que los musulmanes utilizan para apoyar la cabeza al inclinarse para rezar.

Desde la parte exterior de la mezquita hay unas vistas muy buenas de Bakú. En la explanada del templo, hay baños separados para hombres y mujeres.

Tras la visita, fuimos a descansar al hotel, ya que el calor era sofocante. Después, fuimos en taxi hasta la mezquita Taza Pir, en el centro de la ciudad. La mezquita es imponente, aunque la zona de rezo de hombres y mujeres es bastante diferente… Las mujeres no tienen permitido entrar a la zona de hombres y viceversa. La entrada es gratuita y está abierta de 4:00 de la mañana a 21:00 de la tarde. Como curiosidad, hace casi 100 años, la mezquita funcionó unos años como cine y granero.

Desde allí, fuimos en taxi al moderno edificio Denis Mall y recorrimos el paseo marítimo, pasando por el particular edificio del museo de alfombras, «little Venecia» etc. Acabamos en una zona tranquila de restaurantes, puestos y barracas. El paseo es agradable y puedes contemplar el ambiente cosmopolita de la ciudad paseando por este gran boulevard.

Tras una pequeña parada en las barracas, bastante antiguas y con un toque de la época soviética, paramos a cenar un un restaurante del centro de la ciudad, donde había bastante ambiente y, sobre todo, opciones sin gluten.

Desde allí, volvimos andando al apartamento, recorriendo la bulliciosa Fountain Square.