Tras levantarnos con tranquilidad, empezamos el día a las 10:00 con nuestro conductor, con dirección Yanar Dag, a aproximadamente media hora desde el centro de Bakú.
Yanar Dag, o «montaña de fuego» es una montaña, en cuyo lateral hay una continua fuente de llamas, debido a la salida de gas natural, en contacto con oxígeno. Arde continuamente, desde hace más de 8 siglos y se prevé que lo siga haciendo durante muchos siglos más.
Los locales lo consideran un lugar sagrada y es uno de los lugares más visitados de Azerbaiyán. A nosotros nos resultó curioso, pero tampoco nos dejó asombrados. Está bien verlo, teniendo en cuenta que está cerca de la capital, aunque no nos parece algo impresionante.
La entrada para verlo, es de 15 AZN, combinada con la visita al templo del fuego, Ateshgah, que está a unos 20 minutos en coche del Yanar Dag. Los niños menores de 12 años no pagan entrada.
La visita no dura mucho, ya que más allá de la zona de llamas, y de las famosas letras, simplemente está la montaña desde las que tener unas vistas del horizonte.
Desde allí, nos dirigimos al Ateshgah, el templo del fuego, una fortaleza en forma de castillo, siendo un punto clave turístico. Aquí el fuego, lleva también unos 1.000 años sin extinguirse, aunque su llama eterna se apagó en 1969, aunque después se volvió a encender gracias a los gasoductos cercanos.
El templo fue utilizado como lugar de culto hindú y como centro filósofico y de peregrinaje. Dentro de las creencias de la época, los cuatro elementos sagradosa eran: ateshi (fuego), badi (aire), abi (agua) y heki (tierra).
Como el Yanar Dag, es un lugar que nos gustó, pero que tampoco nos impactó excesivamente. Aunque reconocemos, que si visitas Bakú, son dos lugares a visitar.
Desde allí, nos dirigimos de nuevo a Bakú, para visitar uno de los mercados más importantes de la ciudad, Yasil Market, a unos 10 minutos del centro.
Yasil Market es un colorido mercado de productos locales muy colorido. Allí podrás encontrar mucha fruta, verdura, carne, pescados, especias…Los precios son muy buenos, sobre todo para la fruta que, además, está riquísima. También puedes comprar productos como caviar.
La entrada es gratuita y está abierto todos los días hasta las 20:00 – 21:00 de la tarde.
Nosotros compramos algo de fruta y también azafrán, un producto muy caro en España y que aquí se puede encontrar por muy buen precio.
Tras la visita, fuimos a comer y descansar al apartamento.
Por la tarde, dimos un paseo por la ciudad vieja, para visitar dos lugares importantes de la misma: el museo de miniaturas y el Palacio de los Shirvanshahs.
El museo de miniaturas cierra a las 18:00 los días que está abierto, Los lunes y jueves está cerrado. La entrada es gratuita, aunque se aceptan donaciones. En él, podrás encontrar más de 3.000 libros, los más pequeños del mundo en muchísimos idiomas.
Y, por supuesto, cuenta con el libro más pequeño del mundo, que aparece en el libro Guinness de los Récords. Tiene menos de 1 mm y sólo se puede ver con un microscopio.
La visita es corta, pero es un sitio que nos gustó mucho y que creemos que merece la pena visitar.
En cuanto al Palacio de los Shirvanshahs, abre a las 10:00 y cierra a las 19:00. La entrada cuesta 15 AZN para adultos. Los niños entran gratis (y hay una zona para dejar carros).
El complejo cuenta con el edificio del palacio, Divankhane, las criptas de enterramiento, la mezquita del shah con su minaret y el mausoleo de Seyid Yahya Bakuvi, la puerta de Murad y los restos de la casa de baños. En el interior del edificio principal se puede ver una colección de piezas y ropas antiguas usadas por la dinastía en la época de su mayor auge.
Desde nuestro punto de vista, es más bonito por fuera que por dentro. El palacio cuenta con una mezquita y un patio muy bonitos, pero el acceso estaba cerrado por la grabación de una película.
Paseamos por el casco antiguo y nos fuimos al apartamento a cenar. Al día siguiente dejaríamos Bakú.