Nos levantamos sin madrugar y sin saber muy bien qué íbamos hacer. Después de desayunar y de mirar varias opciones, decidimos coger un taxi e ir al aeropuerto a coger el primer vuelo que hubiese a Chiang Mai.
Aunque leerás en muchos sitios que, legalmente, tienes que montarte en taxis con taxímetro o que, si lo tienen apagado, tienes que decirles que lo enciendan y lo usen… la realidad es que, muchas veces, tienes que aceptar ir con el taxímetro oculto, bajo una visera, habiendo regateado un precio superior al que pagarías con taxímetro…
Para los vuelos internos se utiliza el aeropuerto Don Muang o Don Mueang (DMK). Hay conexión diaria Chiang Mai – Bangkok. Si reservas con suficiente antelación, puedes conseguir vuelos por 25-30€, sobre todo con las aerolíneas lowcost Air Asia y Nok Air.
Una vez llegamos allí, nos dirigimos a la ventanilla para comprar los billetes. Cogimos el primer vuelo libre que había con la compañía Air Asia. Pagamos con tarjeta y nos costaron 123,45€ los dos billetes de ida.
Una vez llegamos al Aeropuerto Internacional de Chiang Mai (CNX), preguntamos cómo poder llegar al centro.
Este aeropuerto está situado a unos 4 kilómetros al sur del centro de la ciudad. Hay diferentes medios de transporte para ir: autobús, tuk tuk, red trucks (songthaew), taxis… Nosotros decidimos coger un taxi. Aunque es el medio de transporte más caro, es también el más rápido.
En Chiang Mai existen varias compañías de taxi. En la zona de recogida de equipajes del aeropuerto hay un stand donde puedes concertar tu traslado al centro de la ciudad. Otra opción es parar un taxi por la calle y negociar el precio del viaje. Nosotros nos decantamos por la primera opción que, a pesar de ser un poco más cara (hablamos de céntimos de euro), nos ahorramos el tiempo de regateo con el taxista.
El precio del trayecto depende de la hora que sea (por la noche es más caro), pero suele rondar entre los 150-200 Bahts (entre 4 y 5€).
Los taxis funcionan todos los días, las 24 horas del día. La duración del trayecto dependerá del tráfico y del destino, pero son unos 10-15 minutos hasta la muralla de la ciudad.
Chiang Mai está rodeada de una muralla, que forma un cuadrado, con diferentes entradas. Le dijimos al taxista que nos dejase en una de las entradas, en la zona mochilera (zona noreste de la muralla), en Tha Pae Gate.
Nos pusimos a andar con las mochilas y nos dirigimos a la zona de los hostales más baratos. Se trata de una calle donde están todos los hostales, restaurantes y sitios de masaje más económicos. Visitamos varios alojamientos en la zona más tranquila, la más cercana a Tha Pae Gate. Según vas subiendo por la calle, hay más bullicio y más gente. Nosotros, que no íbamos buscando mucha fiesta, preferíamos zonas más silenciosas.
Al final nos decantamos por Kavil Guest House 1, que nos costó 450 Baths la noche.
No elegimos este hostal porque fuese el que mejor pinta tenía, todos los hostales de la zona son similares, pero el dueño fue muy amable. Además, ofrecía diferentes actividades para contratar y transporte para moverse por la zona.
Eran más de las 17:00 cuando dejamos todo en el hostal. Estábamos muertos de hambre. Justo al lado hay un restaurante de comida tailandesa, Kanjana, y fuimos ahí directos a por un pad thai y un arroz con piña.
Después de comer, descansamos un rato, nos duchamos, nos cambiamos de ropa y nos dirigimos al mercado nocturno de Chiang Mai, donde habíamos leído que había calles llenas de puestos de comida y de souvenirs.
En Night Bazaar es el mercado más famoso y grande de la ciudad. Está cerca de la antigua ciudad, en la zona de Chang Khlan Road. En este mercado puedes encontrar todo tipo de artículos.
Al lado se encuentra Kalare Night Bazaar, donde puedes encontrar una variedad de tiendas y puestos de joyería, artesanía tradicional y pinturas. Además, tiene un food court, que es una especie de plaza con mesas y sillas donde sentarte a cenar lo que compres en los diferentes puestos que hay alrededor. Todos los puestos ofrecen la típica comida callejera tailandesa a precios muy económicos.
Hay un escenario donde, todos los días, suele haber alguna actuación en directo, especialmente de música tradicional tailandesa.
Nosotros pudimos deleitarnos con bailes típicos tailandeses mientras cenábamos.
Vimos un puesto de zumos de frutas típicas de allí, muy exótico.
Como buenos turistas, nos quedamos observando cómo hacían los zumos. Vimos que echaban agua no embotellada para hacerlos, por lo que le preguntamos para comer sólo la fruta troceada.
En Tailandia se ve dragon fruits por todas partes, así que le pedimos un vaso con esa fruta. Su interior puede ser blanco o morado y siempre tiene motitas negras (que no son pepitas).
Otra actividad que se puede hacer cerca de este bazar es ver un espectáculo de muay thai, que es un deporte de lucha típico de allí, similar al boxeo.
Después de haber cenado y haber dado un paseo por la zona, nos dirigimos de nuevo al hostal.
El camino es un poco oscuro, no hay muchas farolas, y el ambiente, durante el trayecto, es demasiado nocturno. Hay bastantes pubs y bares con turistas adultos solitarios y una gran variedad de jóvenes tailandesas, que no dudaran en rodearos, agarrar al chico e intentar que se vaya con ellas a tomar algo. Así que hay que andar con cuidado y con mil ojos…
Una vez se llega a la muralla, hay menos luz aún. Callejeamos hasta nuestro hostal con la linterna del móvil, una experiencia inquietante y entrañable a la vez.
Recomendación para las salidas nocturnas:
- Llevar calzado cerrado, ya que hay bastante fauna nocturna: cucarachas, ratas, etc.
- Llevar ropa que cubra la mayor parte del cuerpo, sobre todo las piernas, ya que hay muchos mosquitos y las picaduras son horribles.
- Comprar repelente de mosquitos tailandés, ya que es el más efectivo. Rocíate enter@ antes de salir y llévalo siempre contigo.
Para ver el itinerario completo de nuestro viaje, entra en 18 días en Tailandia.