Nos despertamos un día más pudiendo contemplar la Mezquita Bibi Khanum. Desayunamos con esas maravillosas vistas y nos dirigimos al complejo de Shah-i-Zinda.
El complejo está a unos 20 minutos andando desde el hotel y, por lo tanto, de la Mezquita de Bibi Khanum, en dirección opuesta al Registán. Se puede ir andando perfectamente. Es un paseo tranquilo, que permite, además, ver otros edificios de Samarcanda distintos a los típicos, y más turísticos, con cúpulas azules.
Para entrar al complejo de Shah-i-Zinda hay que pagar una entrada de 10.000 SOM por persona (aprox. 2,5€). El complejo está abierto de 9 a.m. a 7 p.m. todos los días de la semana.
Shah-i-Zinda es una necrópolis que cuenta, además, con mausoleos. Su nombre significa «tumba del rey viviente», ya que allí se encuentra la tumba de Qusam Ibn Abbas, llamado el rey viviente, y que fue un primo del profeta Mohammed.
El complejo, además de ser una cementerio al aire libre, es un conjunto arquitectónico de gran belleza, por el que pasear disfrutando de sus intensos colores y espectaculares ornamentos en sus paredes, techos y puertas.
Al salir de Shah-i-Zinda se puede ver la mezquita de madera de Hazrat-Hizr en una colina cercana. Nosotros no pudimos visitarla, ya que estaba en plena reconstrucción en el momento de nuestro viaje.
Nos dirigimos al Registán, para repetir en el restaurante Labi Gor, donde disfrutamos de nuevo de un plato de pollo con pan. El restaurante es un sitio básico, con platos locales. No habíamos leído reseñas muy buenas del mismo, pero a nosotros nos gustó. Quizás, al venir de una ruta donde la comida había sido super básica, no teníamos una pretensiones muy altas.
Un plato de pollo para dos personas, con una gran barra de pan, y dos cervezas nos costó unos 80.000 SOM uzbekos (unos 7€) .
Tras contemplar de nuevo la panorámica del Registán, nos dirigimos al Mausoleo de Gur-e-Amir, donde está enterrado el emir Timur (Tamerlán) y su familia. Se puede llegar andando desde el Registán, unos 15 minutos de paseo en el que, además, se cruza el bonito parque del mismo nombre (Amir Timur Park).
En el mausoleo está enterrado el conquistador Tamerlán, junto con sus hijos y nietos, incluido Ulugbek. Dentro del mausoleo, la tumba de Tamerlán se identifica claramente, siendo la de piedra negra.
El deseo de Tamerlán era ser enterrado en Shahrisabz, su lugar de nacimiento, pero, debido a la mala climatología en el momento de su muerte, no pudo ser trasladado y fue enterrado en Samarcanda.
Nosotros no visitamos en este viaje Shahrisabz por falta de tiempo. En cualquier caso, decirte que está a un par de horas en coche al sur de Samarcanda y que sus principales atractivos turísticos se pueden visitar en un día.
Las referencias a Tamerlán son continuas en toda la ciudad. Cerca de este mausoleo, hay una rotonda con un monumento en su honor.
Al lado de la rotonda, se puede ver también el mausoleo Ruhkhobod, lugar de enterramiento del predicador islámico, teólogo y erudito místico Sheikh Burhaneddin Klych Sagardzhi.
Para acabar el día, visitamos el Bazar Siyob, al lado de nuestro hotel y de Bibi Khanum. Un bazar bastante moderno y ordenado, muy diferente a otros más caóticos que hemos visitado en Asia.
Y, antes de visitar el Registán de noche, disfrutamos del atardecer en el hotel con una cerveza y las maravillosas vistas de Bibi Khanum.
Para ver el itinerario completo de nuestro viaje, entra en 21 días en Kirguistán, Tayikistán + GBAO y Uzbekistán.