La carretera del Pamir, conocida informalmente como M41 o ruta del Pamir, es una carretera de montaña de Asia Central que atraviesa las montañas del Pamir, pasando por Afganistán, Uzbekistán, Tayikistán y Kirguistán. Este camino ha sido utilizado durante miles de años, siendo un enlace comercial de la ruta de la seda. La carretera fue asfaltada en la época soviética y, hoy en día, a pesar de su mal estado, es la principal vía de suministro a la región autónoma de Gorno-Badakhshan.
La ruta más conocida por los turistas es el tramo entre las ciudades de Dusambé y Osh, en ambos sentidos, que tiene una longitud total de 1252 km. Esta ruta tiene desvíos que se pueden tomar, para bordear, por ejemplo, la frontera afgana, entre Khorog y Langar.
Como turista, la ruta se puede hacer en bicicleta, moto y coche, ya sea con chófer o coche propio. Y, en el caso de hacerlo en coche, existe la opción de compartir el viaje.
Nosotros buscamos a través de la web Indy Guide algún chófer que hiciera la ruta de Osh a Dusambé. Tras leer muchas reseñas empezamos a hablar con Turat, que nos ofreció una ruta que nos encajó tanto en el recorrido como en el precio. Decidimos hacerlo solos, para poder estar más tranquilos y hacer las visitas a nuestro aire. Además, sabíamos que iba a ser un viaje duro y preferíamos, esta vez, depender sólo de nosotros mismos.
Si vas a hacerlo con chófer en coche, estas son nuestras principales recomendaciones:
- Busca una persona local de confianza. En la web que te hemos indicado y en otras similares, podrás encontrar opiniones acerca los conductores.
- Aclara la ruta, las paradas, el precio y todo aquello que consideres importante antes de ir. Evita las sorpresas.
- Contrata un buen seguro. Es una zona remota y estarás expuesto al mal de altura. además de a los imprevistos que puedan surgir.
- Vete preparado mentalmente. Tanto para saber que seguramente tengas síntomas de mal de altura, como para saber que no tendrás muchas comodidades en el camino.
Y, sobre todo, ¡disfruta! La ruta del Pamir es uno de los mejores viajes de nuestra vida, seguramente porque lo disfrutamos con mucha intensidad y dejándonos llevar.