Viajar por trabajo siendo celiaco conlleva un plus importante en todos los campos, ya que en muchos casos, no eliges a qué lugar vas, con quién vas a comer o dónde.
El hecho de tener que asistir a comidas o cenas de trabajo, implican una mayor planificación si cabe, y el tener una gran cantidad de recursos tanto logísticos como de cultivar la empatía más complicados de lo que podáis imaginar. Pero tranquilo, todo tiene solución, y siempre se puede salir adelante. ¡Si quieres, puedes!
A lo ya mencionado en el post Viajar siendo celiaco, sobre consejos y recomendaciones generales para preparar un viaje, queremos añadir algunas recomendaciones personales que a mí (David) me han servido:
- Si tienes una reunión que pueda implicar comida o cena después, busca lugares cercanos en los que pueda haber opciones sin gluten, cerca de ese lugar.
- Si tienes confirmación de que la otra parte ha organizado una comida o cena, no lo dudes, ¡avisa!. Te aseguro por experiencia, que la situación será menos violenta si avisas por mail o por teléfono, que si se lo haces saber en el momento de la comida. En este último caso, la mayoría de las personas se sentirán agobiadas por no saber como actuar, y se generará una situación incómoda. Avisando, consigues, por un lado, poder ir a un sitio lo más seguro posible, y por otro, consigues informar y concienciar sobre la enfermedad.
- Intenta reservar hoteles que tengan opciones sin gluten. El día puede ser largo, y si al menos has conseguido desayunar fuerte, el día será más fácil.
- Ponlo fácil. Si viajas con compañeros, pónselo lo más fácil posible. Habrá personas que lo entiendan y respeten más y otras que no. Yo he tenido la suerte de que en la mayoría de las ocasiones, mis compañeros me han acompañado allá donde podía comer, y me lo han puesto muy fácil. Yo he intentado hacer lo mismo por mi parte. Planificar los potenciales restaurantes a los que poder acudir o las diferentes alternativas, es importante. Si ellos perciben que tienes opciones, y que lo tienes controlado, se sentirán más tranquilos, no culpables, y te transmitirán tranquilidad.
- Sé comunicativo. Aunque se lo pongas fácil, cuéntales la importancia del problema tal como es. Así será más fácil que empaticen en ese viaje, y en viajes próximos. ¡Merece la pena!
- Aprovecha tú condición celiaca como una oportunidad. Seguramente los primeros minutos de la comida, la conversación gire en torno a este tema. A mi me ha servido en muchísimas ocasiones para romper el hielo, y como decía, para concienciar y no banalizar la celiaquía.