Un poco desconcertados, nos despertamos en la cabaña. Enseguida nos situamos y sí, ¡estábamos en Islandia!. Desayunamos en la cabaña cuando aún no había amanecido y nos preparamos para nuestra ruta del día, con el círculo dorado como lugar clave a visitar.
RUTA (235 km):
- Parque Nacional Thingvellir
- Geyser Strokkur
- Catarata Gullfoss
- Cráter del volcán Kerid
Tras ir hasta la carretera 1, continuamos después durante aproximadamente 1 hora por la carretera 35 al inicio y luego 36, camino al parque nacional Thingellir.
Para visitar Thingellir hay varios parkings. Nosotros fuimos al parking 5 para visitar toda la zona desde allí. En cualquiera de los parkings hay que pagar 750 ISK (unos 5€) por vehículo/día. El pago es válido para todos ellos. En todos hay baños públicos gratuitos.
Una vez allí, fuimos recorriendo las zonas principales del parque. Este lugar es importante por 3 motivos:
- Se creó el Apingi, el primer parlamento del mundo, en el 930 d.C.
- Allí se fundó la República de Islandia el 17 de junio de 1944.
- Se adoptó el cristianismo en el año 1000 d.C.
Y, para los amantes de juego de tronos, el lugar puede ser importante o representativo, ya que, este lugar, como muchos otros de Islandia, fue escenario para su rodaje.
Nosotros recorrimos todo el parque por sus marcados caminos de grava y también por las pasarelas de madera, aunque éstas últimas eran muy resbaladizas y tuvimos que andar con mucho cuidado.
Pudimos ver las fisuras y el cañón, la cascada Öxarárfoss, la iglesia Thingvallarkirkja… y, sobre todo, las vistas que se tienen alrededor, y que se pueden contemplar desde lo alto del parque, donde hay un gran mirador.
Las vistas dependen mucho del clima. A nosotros no nos hizo un día especialmente bueno, estaba cubierto, por lo que no pudimos disfrutar del paisaje en todo su esplendor.
En la zona superior del mirador hay una cafetería, baños y una tienda de souvenirs. Nosotros comimos en el parking unos sandwiches y nos dirigimos a Strokkur. En total estuvimos unas 3 horas en el parque, tiempo más que suficiente para visitarlo.
Para llegar a Strokkur, tomamos primero la carretera 365 y luego la 37. En 1 hora, aproximadamente, estábamos allí. Hay un parking gratuito, un restaurante y una tienda de souvenirs. Un poco más adelante está la entrada al campo de geysers. El más activo de todos es Strokkur, que cada 5 minutos erupciona y puede llegar hasta una altura de unos 20 metros.
Hay otros más pequeños en la zona. Puedes contemplarlos desde un mirador en lo alto. Y, al bajar, puedes pasar por uno llamado «Geysir», inactivo, pero dicen que es que ha dado nombre a todos los Geysers del mundo.
Por supuesto, en el lugar, el olor a azufre y huevo podrido abunda. La visita no es muy larga, así que pronto nos pudimos deshacer del olor. Seguimos nuestra ruta por la carretera 35 durante unos 30 minutos para llegar a Gullfoss, una de las cascadas más conocidas de Islandia, cuyo nombre significa «cascada de oro».
Al llegar a Gullfoss, se puede aparcar en un amplio parking gratuito. También hay una cafetería, baños y una tienda de regalos.
Bajando, se puede llegar a varios miradores. Cuando fuimos nosotros, alguno estaba cerrado por la nieve y en el resto había que bajar con cuidado, ya que el camino estaba helado y muy resbaladizo. Una vez abajo pudimos contemplar esta belleza de la naturaleza.
La cascada tiene una caída doble de unos 10 metros, en el primer salto, y unos 20, en el segundo, haciendo que tenga una caída total de 30 metros. Un estruendo continuo con el sonido de agua.
Desde allí, condujimos 1 hora por la carretera 35 hasta el cráter del volcán Kerid. Allí, hay un parking gratuito y una pequeña taquilla, donde indicaban que había que pagar 400 ISK (unos 3€). Sin embargo, no había nadie en la taquilla mientras visitamos el cráter, por lo que la visita fue gratis.
El cráter, de forma ovalada, tiene unos 270 metros de largo y unos 170 de ancho, con una profundidad de más de 50 metros.
Nos encantó visitarlo por su variedad e intensidad de colores. Durante el viaje pudimos ver otros cráteres, pero estaban completamente nevados, por los que no pudimos ver ese contraste. En este caso, el colorido era muy vistoso, y se podía ver la laguna en el fondo del cráter, totalmente congelada.
El cráter se puede rodear por un camino en su parte alta, que no nos llevó más de 20 minutos. También bajamos por un camino hasta la parte de la laguna.
Desde allí, volvimos a las cabañas, casi anocheciendo.
Un lugar que teníamos pensado visitar, pero al que no fuimos por falta de tiempo, fue la Laguna Secreta. Su horario es de 11:00 a 17:·30 y el precio de unos 20€. Recomiendan reservar con antelación.
Ya que no pudimos disfrutar de este lugar, nos dimos un baño en la bañera geotermal del guesthouse. Fuera hacía un frío increíble, pero dentro se estaba muy bien. Disfrutamos de un ratito allí antes de cenar, mirando al cielo, que seguía cubierto y que, una noche más, no nos dejaría ver auroras boreales.
Nos preparamos una cena calentita y fuimos a descansar. Al día siguiente saldríamos hacía Vík.
Para ver el itinerario completo de nuestro viaje, entra en 12 días en Islandia.