Tras descansar y con un buen sabor de boca por nuestra estancia en Akureyri, nos dirigimos a nuestro destino: Hvammstangi. La ruta del día era la siguiente:
RUTA (240 km):
- Víðimýrarkirkja
- Glumbaer
- Blönduós
- Cañón y cascada Kolugljúfur
- Hvammstangi
Inicialmente, teníamos previsto llegar hasta la zona de Glumbaer yendo por la costa, tomando la carretera 82 hasta Siglufjördur, y luego la carretera 76. Siglufjördur, es uno de los pueblos más al norte de Islandia, recomendable para visitar en verano, sobre todo por sus coloridas casas. Sin embargo, revisamos el tiempo y el estado de las carreteras y vimos que la carretera estaba helada y que había derrumbes en la zona cercana al pueblo, por lo que decidimos continuar por la carretera principal 1. Al menos, iríamos más seguros y tardaríamos casi la mitad de tiempo que haciendo la ruta por la costa.
En cualquier caso, el tramo por esta carretera, fue precioso, ya que fuimos atravesando una zona montañosa totalmente nevada. Con el amanecer, pudimos ver en el cielo una gran variedad de colores.
Tras 1 hora 30 minutos conduciendo, llegamos a nuestra primera parada: Glumbaer, una granja museo donde se puede ver el modo de vida tradicional de Islandia en los últimos siglos, hasta el XX. El museo fue fundado en 1948.
Para llegar, hay que tomar un desvío en Varmahlíd, por la carretera 75 durante unos 10 kilómetros.
Cuando llegamos vimos, una vez más, como muchos de los museos y lugares de visita, cierran a finales de septiembre u octubre. Aunque no pudimos visitar las casas, la iglesia ni el resto de estancias por dentro, como nos hubiera gustado, al menos, la puerta al recinto estaba abierta y pudimos visitarlo por fuera.
En caso de que quieras visitarlo, el precio es de 1.700 ISK por persona (unos 11€) y los horarios son los siguientes:
- Del 1 de abril al 19 de mayo de 10:00 a 16:00
- Del 20 de mayo al 20 de septiembre de 10:00 a 18:00
- Del 21 de septiembre al 20 de octubre de 10:00 a 16:00
Tras esta parada, continuamos hacía Vídimýrarkirkja, una pequeña iglesia negra con techo de césped situada en Víðimýri. La iglesia fue construida en 1834 y es una de las pocas iglesias típicas islandesas hechas de turba y césped que quedan en pie.
Está abierta del 1 de junio al 31 de agosto de 12:00 a 18:00, y visitarla cuesta unos 700 ISK (unos 5€). Cuando pasamos nosotros, estaba cerrada, aunque pudimos visitar la zona exterior de la misma sin problema.
Después volvimos a la carretera 1 para continuar durante 1 hora hasta llegar a Blönduós. Este pueblo del norte de Islandia tiene varios lugares que visitar, aunque nosotros nos encontramos con la mayoría cerrados, al ser invierno. Además, no había un alma por la calle. Así que, aprovechamos a visitar por fuera la iglesia moderna Yngri Blönduóskirkja y luego bajamos al pueblo, para dar un pequeño paseo al lado del mar y visitar la antigua iglesia Eldri Blönduóskirkja.
Desde allí, continuamos por la carretera 1 durante 30 minutos, hasta tomar un desvío por la carretera 715. Esta carretera es de grava con bastantes baches, aunque cuando pasamos nosotros estaba cubierta por la nieve y el hielo, lo que hizo algo más fácil circular por ella. El destino: el cañón y la cascada Kolugljúfur. Tras recorrer unos 10 kilómetros por esa carretera, puedes dejar el coche en un parking al lado del puente que atraviesa el cañón. Desde allí, puedes visitar varios miradores desde donde ver la fuerza y belleza del agua.
Tras la visita continuamos la ruta hasta Hvammstangi, donde dormiríamos esa noche. Nos costó encontrar nuestro alojamiento, pero finalmente lo conseguimos: Hvammstangi Cotttages, en lo alto del pueblo. Un grupo de pequeñas cabañas situadas en un lugar ideal, para, con el cielo despejado, poder ver auroras. Este fue el motivo por el que elegimos este pueblo y este alojamiento. Sin embargo, el clima no acompañó y no pudimos ver nada cuando oscureció.
Antes, habíamos aprovechado para visitar el pueblo, dando un paseo y viendo su iglesia, el puerto, el secadero de pescado… Justo enfrente había un pequeño supermercado, donde pudimos hacer la compra para prepararnos la cena en la cabaña.
Hvammstangi tiene varios restaurantes y tiendas, aunque muchos estaban cerrados, al igual que el Seal Center. En noviembre no es fácil avistar focas, aunque en verano hay varios puntos cercanos al pueblo desde donde poder verlas. Nosotros habíamos tenido la suerte y conseguimos ver alguna en uno de los fiordos de camino a Egilsstadir.
Otro punto desde el que poder avistarlas en verano es Hvítserkur. Aunque nosotros no lo visitamos para no desviarnos demasiado de la ruta, poco después del desvío hacía Kolugljúfur, puedes tomar el desvío por la carretera 711 hacía Hvítserkur. Además, allí puedes ver, durante todo el año, un enorme monolito cuya forma se parece a un rinoceronte, según algunos, o a un elefante, según otros.
Como vimos que no íbamos a poder ver auroras boreales y, además queríamos salir temprano hacía la península de Snaefellsnes, nos fuimos a dormir temprano.
Para ver el itinerario completo de nuestro viaje, entra en 12 días en Islandia.