Lo primero que tenemos que decir es que, cuando hicimos este viaje, no seguíamos una dieta sin gluten.

Hemos decidido mantener este apartado, para contaros nuestra opinión sobre Uzbekistán, en lo relativo a la gastronomía, y cómo haríamos ahora si pudiéramos volver atrás en el tiempo y hacer de nuevo este viaje.

De los países que visitamos en este viaje, Uzbekistán era el más desarrollado, en términos generales, y el más turístico. Además, a diferencia de los otros países, en Uzbekistán visitamos, sobre todo, ciudades de un tamaño mediano-grandes. Si a esto le añades que fue el último país de toda la ruta, tras haber pasado «penurias» en el resto del viaje en cuanto a comodidades y comidas, en Uzbekistán fuimos a más restaurantes y nos dimos algún que otro homenaje.

Desayunamos en los hoteles donde nos alojamos. Normalmente, café o té, fruta, tostadas y huevos fritos. Y siempre, un plato de tomate con pepino.

Para comer y cenar, la mayoría de las veces, fuimos a restaurantes, donde pudimos comer tanto comida local como algo más «occidental». Además, en todas las ciudades vimos restaurantes de precio bajo, medio y alto.  Nosotros comimos en restaurantes de nivel medio.

En Uzbekistán no existe, que sepamos, asociación de celiacos. En cambio, sí que tienen mayor costumbre a recibir a turistas. Existen viajes organizados al país.  En este sentido, creemos que, en muchos de los restaurantes podrían adaptar platos para celíacos. No decimos que sea fácil, pero sí que puede ser posible.

El pan es una de las bases de alimentación uzbeca, pero también la carne a la parrilla y las verduras en brochetas o Shashlik. Esto es positivo para un celíaco, siempre con la debida atención. Por supuesto, las sopas o potajes, llamados plov, con muchísimos ingredientes, especias y condimentos son uno de sus platos típicos, que no recomendamos si sigues una dieta sin gluten.

Si volviéramos a Uzbekistán, seguiríamos los siguientes pasos, además de los habituales que hacemos ahora en todos los viajes:

  • En los restaurantes, pediríamos sobre todo carne y verduras a la plancha. En muchos de los sitios comimos brochetas a la parrilla. Haríamos hincapié en el tema de las especias, ya que muchas carnes venían especiadas. Probablemente iríamos a menos a restaurantes y repetiríamos en aquellos en los que nos sintiésemos seguros.
  • En los hoteles, explicaríamos nuestra condición celíaca, previamente traducida al uzbeco, e intentaríamos pedir sobre todo fruta y queso para desayunar.
  • En los supermercados trataríamos de comprar fruta u otros productos genéricos. En Khiva, Samarcanda y Bujara había supermercados de tamaño medio que tenían ese tipo de productos. En la capital, Taskent, aunque no estuvimos, sabemos hay grandes superficies y supermercados.
  • Y, por supuesto, llevaríamos comida desde España (galletas, barritas, batidos…).

A nosotros, durante todo el viaje, nos fue difícil comunicarnos a nivel idioma y, aunque llevábamos un pequeño diccionario uzbeco-inglés-uzbeco, utilizamos en bastantes ocasiones el diccionario icoon que, con iconos e imágenes, sirve para explicar una gran variedad de temas, gastronomía incluida.

Y por supuesto, como siempre, hay que tener previsión, paciencia, positividad y resiliencia. ¡Si quieres, puedes!


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