Chile, un país que nos encantó y en el que, no siendo fácil, se puede comer de manera segura sin gluten.
Su principal ventaja es que tiene opciones sin gluten en los supermercados, sobre todo en las cadenas Jumbo y Unimarc. La desventaja es que es prácticamente imposible probar comida sin gluten en los puestos callejeros y, por tanto, disfrutar de esa esencia de manera económica. Y, por ello, nos quedamos sin probar las famosas chorrillanas.
La parte positiva, es que, aunque no es fácil, se pueden encontrar restaurantes con opciones sin gluten, aunque habrá que gastar unos pesos chilenos más de lo esperado. Y, por supuesto, el idioma ayuda. Comunicarse en nuestra lengua materna, hace que sea más fáciles explicar en un restaurante sobre la contaminación cruzada, etc.
En general, en el país, no hay demasiado conocimiento s0bre la enfermedad celiaca, aunque en muchos restaurantes sí que habían oído hablar de ello y nos adaptaron algunos platos.
En cualquier caso, Chile cuenta con Convivir, Fundación de Intolerancia al Gluten, que, entre otras labores, asegura el certificado de los productos sin gluten mediante los siguientes sellos, tanto para restaurantes (el verde) como para productos (el rojo):
A nosotros, como siempre, nos sirvió de ayuda preparar el viaje antes de ir, haciendo un listado de restaurantes sin gluten en las principales ciudades. También reservar apartamento en algunos lugares, para así poder prepararnos nuestra comida. Y, por supuesto, llevar algo de comida en la mochila desde España. En el caso de Chile, se puede entrar con comida envasada, con algunas restricciones.
A continuación, te contamos nuestra experiencia sin gluten, en restaurantes, supermercados y hoteles, en los lugares que visitamos en Chile:
Índice
Puerto Natales
Nuestra primera parada en Chile fue en Puerto Natales. Aquí, reservamos un apartamento con cocina, lo que nos permitió poder hacer la cena.
Para hacer la compra, fuimos a varios supermercados. Por un lado a Unimarc, en el que, además de haber productos genéricos, había productos sin gluten, y por otro, a pequeños supermercados donde también encontramos productos específicos para celiacos. Encontramos bastantes opciones, para ser una ciudad pequeña.
Mesita Grande
En cuanto a restaurantes, fuimos a comer a uno del que habíamos leído buenas opiniones en cuanto a opciones sin gluten: el restaurante Mesita Grande, en el centro de la ciudad.
Tienen carta específica sin gluten y conocen el tema perfectamente. Tienen cerveza sin gluten, aunque no tienen pan sin gluten. Además de lo indicado en la carta, nos dijeron que tenían pizzas sin gluten, pero que eran pizzas precongeladas, similares a las que venden en el supermercado.
Cuando hicimos este viaje, a Sandra aún no le habían detectado sensibilidad al gluten, así que pudo comer una pizza con gluten, que tenía muy buena pinta y estaba riquísima. Como plato celiaco, pedimos una pasta, que también estaba muy rica.
El trato fue excepcional. El precio, unos 27.000 CLP (aprox 27€).
Durante nuestra estancia en Puerto Natales, hicimos dos excursiones, ambas reservadas con Patagonia Planet. La primera fue el trekking base Torres del Paine y la segunda fue una ruta por todo el Parque Nacional Torres del Paine.
La primera excursión incluía un picnic. Al reservarla, con antelación, preguntamos si había opción para celiacos y nos dijeron que sí. Cuando hicimos la excursión, el picnic que nos dieron lo calificaríamos como «semi-apto», ya que, en lugar de sándwiches, nos pusieron dos manzanas y, en lugar de galletas, unos sobres de mermelada, pero no indicados como sin gluten.
Tenemos que decir que fue el único punto negativo de la ruta, en lo que a Patagonia Planet respecta. Aunque el día de la excursión fue una sorpresa, negativa, nosotros lo trasladamos a Patagonia Planet como una crítica constructiva, para que pudieran mejorar a futuro en la atención a los celiacos. Nuestra recomendación es que, si haces esta excursión, lo avises con antelación, pero que, además, lleves por si acaso algún snack o barrita energética adicional en la mochila, ya que la ruta es exigente.
La segunda excursión no incluía picnic y nos llevamos nuestra comida desde el apartamento. En cualquier caso, desde Patagonia Planet ,nos dieron una pequeña bolsa de cortesía con agua y un snack. Por desgracia, era con gluten. En esta ocasión, al menos, no esperábamos nada y teníamos nuestra comida.
Punta Arenas
Nuestro avión con destino Calama salía temprano de Punta Arenas, por lo que tuvimos que hacer noche en la ciudad. Nos alojamos en el Hostal Chalet Las Violetas. Llegamos tarde, en bus desde Puerto Natales, así que cenamos un batido sustitutivo en la habitación.
Al día siguiente, nuestro vuelo era muy temprano. El dueño del hostal nos propuso prepararnos el desayuno para llevar. Cuando le contamos nuestras restricciones con el gluten, enseguida se mostró interesado en qué prepararnos y cómo hacerlo.
Al día siguiente, teníamos una bolsita con fruta, quesos y yogur, perfectamente envuelto y preparado. Fue muy atento y lo agradecimos mucho.
San Pedro de Atacama
Para llegar a San Pedro de Atacama, aterrizamos en el aeropuerto de Calama, a una hora aproximadamente. Allí, en el aeropuerto, habíamos alquilado un coche de alquiler. Habíamos leído que en San Pedro no había grandes supermercados y que lo mejor era hacer la compra en Calama, donde además había un Jumbo.
Fuimos allí a hacer la compra, aunque con bastante recelo. Al alquilar el coche, tanto los trabajadores de la compañía como un grupo de cuatro mujeres chilenas, nos advirtieron que había muchos robos en coches ,en el parking del Jumbo. Los cacos aprovechan que muchos turistas llegaban desde el aeropuerto, con todo su equipaje, para hacer la compra antes de ir a San Pedro.
Cuando llegamos al parking, había bastantes guardas de seguridad armados. Nosotros, tuvimos la suerte de aparcar al lado de las mujeres que nos habían advertido, que amablemente nos cuidaron el coche mientras hacíamos la compra.
Así que, por seguridad y por no hacer esperar a nuestras amigas, hicimos la compra muy rápido. Por eso, no hicimos fotos en detalle del supermercado, pero tenemos que decir que había una gran variedad de productos sin gluten. ¡Incluso encontramos jamón y salchichón envasados que tenían el símbolo de FACE!
Aprovechamos a comprar pan, embutidos, quesos, etc. para poder hacernos bocadillos para las excursiones de los días siguientes. El precio de los productos sin gluten, en el Jumbo, tenía una relación similar con el resto de productos, como sucede en España.
Nuestra recomendación, si vas a pasar unos cuantos días en San Pedro, es comprar en Calama, ya que en San Pedro los supermercados son muy pequeños y no tienen casi ningún producto sin gluten. Por supuesto, toma las medidas necesarias en el parking para evitar un susto. Intenta que alguien se quede en el coche, mientras el resto hace la compra, y aparca lo más cerca posible de la entrada.
En San Pedro,nos alojamos en un hotelito en el que teníamos el desayuno incluido, Casa Sirius. Sus dueños, Daisy y Tote, nos sirvieron todos los días un desayuno libre de gluten, con zumo, fruta y queso.
Para los no celiacos, decir que servían unos bollos de pan con mermelada que tenían una pinta exquisita.
Aunque no teníamos cocina en el hotel, tenía unas mesas en el interior de la propiedad, donde aprovechamos a comer algún día de nuestra comida.
En cuanto a restaurantes en San Pedro, habíamos leído que había dos que tenían opciones sin gluten: «La Fuente Atacameña San Camilo» y «La Pica del Indio». Cuando fuimos, el primero estaba cerrado, no sabemos si permanentemente o no. En el segundo, preguntamos y sólo tenían un par de opciones sin gluten y no nos convenció demasiado.
Tierra Todo Natural
Como no pudimos en ninguno de esos dos sitios, empezamos a preguntar en otros restaurantes. En la mayoría no tenían opciones sin gluten. Al final encontramos uno donde nos atendieron muy bien y donde nos hicieron sentir muy tranquilos en lo relativo a la celiaquía. El restaurante Tierra Todo Natural. De hecho, repetimos y cenamos dos veces allí.
Tienen un apartado de la carta con las opciones para celiacos, pero, además, hay algunos platos de la carta que se pueden adaptar. Uno de los días compartimos un plato que adaptaron (huevos con patatas) y unos batidos. El segundo día probamos el falafel y la pasta oriental.
El precio, ambos días, fue de unos 20.000 CLP (unos 25€) los dos.
No tienen pan sin gluten, así que, el segundo día, ¡nos llevamos unas rebanadas para hacerlo más divertido!
Tchiuchi
En San Pedro, además, probamos unas patatas riquísimas en un asador de pollos, Tchiuchi. Las salsas tenían el logo de la asociación de celiacos chilena.
Isla de Pascua
En este paraíso nos alojamos en un apartamento, para poder cocinar. Habíamos leído que los restaurantes eran muy caros y que el precio de la comida, en los supermercados, era prohibitivo. Tras haber viajado allí, podemos decir que sí, los restaurantes tienen unos precios más caros que en el continente, aunque también muy buena calidad y, en cuanto la comida en los supermercados, a pesar de ser algo más cara, no tiene un precio desorbitado.
Hay varios supermercados en la isla, sobre todo en la calle principal de Hanga Roa. Además de productos genéricos, siempre aptos (como frutas, verduras, huevos, etc.), también tienen algunos productos sin gluten como salchichas, queso rallado, etc.
No encontramos en ningún sitio pan, pasta o galletas sin gluten. Estos productos lo llevamos desde el continente y recomendamos llevarlos si tienes intención de cocinar. Lo que no llevamos, y tampoco encontramos en toda la isla, fue tomate frito sin gluten.
Nosotros hicimos algunas comidas básicas como pasta, tortilla de patatas, etc.
Te Moana
En cuanto a restaurantes, habíamos leído que el Te Moana y el Te Moai Sunset tenían opciones para celiacos. En el Te Moai Sunset entramos a preguntar, pero no tenían conocimiento sobre la celiaquía.
En cambio, en el Te Moana, fue todo lo contrario, ya que la camarera que nos atendió era celiaca (probablemente una de las pocas de la isla), y nos explicó de maravilla todas las opciones que tenían y cómo podían prepararnos los platos. Ella estaba acostumbrada a explicarlo en cocina. Fue toda una suerte. Además, nos atendió de manera muy atenta y amable.
En cuanto a la comida, probamos camote, una especie de tubérculo muy sabrosa, atún crudo y un pescado frito. Todo muy bueno.
El precio de la comida fue de unos 45.000 CLP (unos 55€)
Como nos había gustado tanto y nos habíamos sentido tan cómodos, el día antes de marcharnos de la isla, decidimos darnos un nuevo homenaje y repetimos en el Te Moana. Esta vez nos atendió otra camarero, pero fue igual de atento, con conocimiento sobre la contaminación cruzada, etc.
Esta vez, cambiamos el pescado por las gambas y aprovechamos a tomar un vino chileno.
Esta cena nos costó unos 46.000 CLP (58€).
En la isla hay otros restaurantes donde, en muchos casos, sirven pescado a la parrilla. En este sentido, estamos seguros que en muchos de ellos será fácil comer para un celiaco.
MiKafè
El día que comimos en Te Moana, dimos un paseo por el puerto, y aprovechamos a relajarnos en una terraza. Fue en la cafetería MiKafè, donde además de tomarnos un café, preguntamos si los helados eran sin gluten. Nos explicó como los hacían y que alguno de ellos eran apto para celiacos. Probamos uno hecho de flor de Tipanie.
El precio de un helado y dos cafés fue de unos 5.000 CLP (unos 6€).
Valparaíso
Nuestra visita a Valparaíso fue bastante fugaz y sólo visitamos la zona turística de Cerro Alegre y Cerro Concepción.
Estuvimos alojados una noche en el hostal Casa Volante, en Cerro Concepción. El hostal incluía desayuno, aunque no pudimos disfrutarlo mucho, ya que no había muchas opciones sin gluten, salvo fruta y café.
La Caffetteria
En cuanto a restaurantes, en la zona hay bastantes restaurantes turísticos en los que estamos seguros habrá opciones sin gluten, ya que la mayoría eran restaurantes occidentales de precio alto. Nosotros habíamos mirado restaurantes con opciones sin gluten antes de ir, pero la mayoría de los que encontramos estaban en la ciudad anexa, Viña del Mar. Así que, decidimos callejear y preguntar en varios de ellos por opciones sin gluten. Tuvimos suerte, ya que dimos con el restaurante La Caffetteria, regentado por una pareja italiana con los que estuvimos hablando bastante sobre el tema celiaco y otras experiencias.
El dueño, muy atento, nos adaptó una receta de pasta sin gluten. Y, de postre, una pana cota que estaba riquísima. El único punto negativo fue que no tenían cerveza ni pan sin gluten.
En cuanto al precio, pagamos unos 23.600 CLP (30€).
Almacén Nacional
El otro restaurante al que fuimos, en Valparaíso, fue Almacén Nacional, en el que cenamos mientras pudimos escuchar un concierto de un artista local.
Para comer, tenían bastante opciones sin gluten incluidas ya en la propia carta. Además, nos explicaron con detalle las opciones. Tenían conocimiento de la celiaquía. Nosotros comimos ceviche y una hamburguesa hecha de frijoles. Todo acompañado de vino y, en lugar de postre, tomamos un digestivo típico chileno llamado pisco. Fuerte, pero reconfortante para acabar la cena.
Indicar que tampoco tenían cerveza o pan sin gluten.
El precio fue de unos 35.000 CLP (45€)
Santiago de Chile
En Chile hicimos varias paradas, siempre alojándonos en hotel. La mayoría de las veces paramos en la capital como enlace con otro destino.
Como, en general, en esas ocasiones, salíamos o llegábamos de noche, no intentamos salir a cenar, ya que determinadas zonas de la ciudad, donde nos alojamos, no eran del todo seguras. Esos días, aprovechamos a tomar nuestros batidos sustitutivos o unas galletas en la habitación del hotel.
En una ocasión, nos alojamos cerca del aeropuerto, en el hotel Diego de Almagro y preguntamos, a nuestra llegada, por opciones para celiacos en el desayuno. Nos dijeron que estuviéramos tranquilos porque había pan sin gluten y opciones para celiacos, aunque a la mañana, no había nada. Sólo pudimos tomar algo de fruta y un café.
En cambio, los dos últimos días de nuestro viaje, aprovechamos a visitar Santiago de Chile. Esta vez nos alojamos en la zona de Bellavista, mucho más tranquila, turística y segura.
En esta zona hay muchos puestos callejeros, donde es imposible comer opciones sin gluten. También muchos restaurantes, donde preguntamos sin éxito. En muchos incluso nos decían que sí tenían opciones para celiacos en la carta: zumo y refrescos. Como siempre, tratamos de tomárnoslo con filosofía…
Incluso lo intentamos en el barrio financiero de Santiago, habíamos leído sobre un restaurante 100% sin gluten, «Quimey Sushi Fusion and Gluten Free«. Fuimos hasta allí, pero, al ser fin de semana, estaba cerrado.
Barrica 94
Finalmente, en la zona de patio Bellavista, hay varios restaurantes, de precio más alto, en los que teníamos la esperanza de encontrar alguna opción. En muchos preguntamos sin éxito. El único restaurante donde nos ofrecieron opciones sin gluten y donde nos atendieron de maravilla fue en el restaurante Barrica 94. De hecho, repetimos.
La comida no es abundante, pero sí cuidada y de calidad. Aunque no tenían cerveza sin gluten, sí que tenían pan sin gluten. Comimos ambos días algo de carne y tartar de atún. Y uno de los días, incluso, tomamos un postre sin gluten.
El precio, unos 30.000 CLP (35€).
