Este día queríamos hacer la excursión a la Isla de Gorea, Patrimonio de la Humanidad de la Unesco desde 1978, situada a 20 minutos en ferry desde Dakar. Esta isla fue uno de los mercados de esclavos más importantes durante más de tres siglos.
Para ir a la Isla de Gorea hay que comprar las entradas del ferry y la tasa municipal en el puerto de Dakar. Lo curioso y, para nosotros, absurdo, es que hay que comprarlas en dos ventanillas diferentes. Por lo tanto, hay que hacer 2 colas.

Claramente, la recomendación es ir con bastante tiempo, ya que las entradas no se pueden comprar por internet y las colas son muy grandes y caóticas.
En cuanto al guía, si no tienes uno, tendrás que contratarlo en la ventanilla en la que pagas la tasa municipal.
Los horarios, tarifas para el ferry, la tasa municipal y el guía son las siguientes:

Una vez abrieron las puertas, nos dimos cuenta de que realmente no íbamos a montar en el ferry, sino que estábamos en una sala para esperar aún 1 hora al siguiente ferry. La sala de espera, tanto en planta baja como en primera planta, es cómoda, tiene baños y un pequeño bar. Sin embargo, la espera se hizo demasiado larga, tanto aquí como fuera.

En este sentido, la experiencia nos gustó menos, quizás por toda la espera que hay que hacer para llegar.
Una vez llega el ferry, te puedes montar tanto dentro como fuera. El trayecto es rápido, cómodo y dura unos 15 minutos.


Cuando llegamos a la isla, fuimos a recorrerla. En la Isla de Gorea visitamos:
- Casa de los Esclavos y su puerta de no retorno.
- Puestos de ropa y artesanía
- Iglesia
- Monumento a los Esclavos
- Monumento en la cima de la Isla
- Batería Fuerte d’Estrées con sus cañones.
Esta isla fue lugar de trabajo de decenas de casas de esclavos. La primera fue construida en el siglo XVI por los portugueses y después por holandeses y franceses, que abolieron la esclavitud en 1848.

Durante más de 4 siglos, en esta isla fueron vendidas más de 20 millones de personas como esclavas para Europa y para América. Sufrieron condiciones inhumanas, maltratatos y muchas de ellas murieron por ello o por hambre.
Se puede recordar un poco, sin hacerse casi una idea, del pasado de estas personas en la Casa de Los Esclavos, donde se explica la historia y condiciones que sufrieron. Para entrar aquí hay que pagar entrada (unos 2.000 CFA – 3€ por persona).
Visitarla da escalofríos sobre el pasado de la humanidad. Tanto las salas donde metían a los esclavos como la famosa «puerta de no retorno».
Aunque nos impactó más la zona que vimos en nuestro viaje a Zanzíbar, este también fue un recordatorio de lo cruel que puede ser el ser humano.
Durante el resto de la visita, subimos a lo alto de la isla, donde se puede ver un momumento y una batería de cañones.

Desde allí hay unas vistas de toda la isla y el mar.

De camino puedes ver su mercado de artesanía.

En la parte inferior de la isla, recorrimos sus pintorescas calles, su iglesia, su playa y fuimos hasta el monumento a los esclavos.





Aunque en la isla hay varios restaurantes, nosotros decidimos no comer aquí, ya que preferíamos coger el ferry cuanto antes y evitar las colas de la ida. Cogimos un ferry con poca gente y sin colas sobre las 14:00 y volvimos al puerto, donde cogimos el coche.
Desde el puerto de Dakar nos dirigimos a Saly. El viaje en coche duró unas 2 horas, ya que hay mucho tráfico y bastantes peajes.
Al llegar, nos recibieron en el hotel que habíamos reservado para el resto de nuestro viaje, Chez Lilie, todo un paraíso donde estar tranquilo y tener como base para las excursiones.
Para ver el itinerario completo de nuestro viaje, entra en 9 días en Senegal.