En nuestro primer día en Senegal, queríamos visitar con tranquilidad alguno de sus lugares emblemáticos.

Tras desayunar en el hotel, nos encontramos con el chófer que habíamos contratado para empezar la ruta.

Nos dirigimos en primer lugar al Monumento del Renacimiento Africano, a unos 30 minutos en coche del hotel.

Fue curioso ver que no había prácticamente turistas, ni locales ni internacionales salvo algún pequeño grupo como nosotros.

Para llegar arriba hay que subir una gran escalinata. Una vez arriba, hay unas vistas muy buenas de la capital y del imponente monumento. Acceder hasta aquí es gratis. Si quieres subir a la parte superior del monumento (dentro del mismo) tienes que pagar unos 10€ por persona. Nosotros decidimos no subir, ya que nos pareció demasiado caro.

Desde allí, nos dirigimos al pequeño pueblo pesquero de Ouakam, donde se encuentra la Mezquita de la Divinidad. Es un lugar muy tranquilo por el que pasear y disfrutar de la cultura local. Al lado del mar, se pueden ver los barcos de pesca y la vida local.

La mezquita es muy bonita por fuera. Sin embargo, no se puede acceder a su interior.

Tras pasar un buen rato en este pedacito de Dakar nos dirigimos al centro de la ciudad. Pasamos por el Palacio Presidencial y la Estación de Tren, con un estilo muy colonial.

Aparcamos cerca de la Plaza de la Independencia, punto de encuentro local. Es una plaza muy amplia aunque a nosotros no nos llamó demasiado la atención, más allá de la importancia que puede tener para los lugareños.

Fuimos andando hasta el mercado Kermel, pasando por calles con pasado colonial.

El mercado Kermel es un lugar muy intenso, tanto en productos como en olores. Aquí se vende carne, pescado, frutas, verduras, artesanía, ropa… Un lugar que, sin duda, hay que visitar.

Está lleno de gente que te ofrecerá todos sus productos. Nosotros aprovechamos a comprar algo de fruta y algo de ropa y artesanía. Por supuesto, el regateo es uno de los deportes a practicar aquí.

Además de este mercado, quizás el más céntrico, se pueden visitar el ercado Sandanga, el mercado Tilene o el mercado del pescado de Soumbédioune.

Tras comprar en un supermercado Casino del centro, volvimos al hotel, donde aprovechamos el resto de la tarde para disfrutar de la piscina y cenar en el restaurante del hotel tranquilos.

Al día siguiente visitaríamos la isla de Gorea y luego iríamos a nuestro nuevo siguiente destino: Saly.