Antes de marcharnos de Islandia, queríamos visitar el volcán Fagradalsfjall, que, durante 7 meses, desde marzo de 2021, había estado en casi continua erupción. En el momento de nuestro viaje, sabíamos que no íbamos a poder verlo erupcionar, pero queríamos visitar la zona y las lenguas de lava que había dejado.

En los meses de pleno auge de la erupción, el volcán fue uno de los principales puntos turísticos de la isla. De hecho, hay muchos tours para visitar el volcán, tanto diurnos como nocturnos, saliendo desde Reykiavík.

También se puede visitar por tu cuenta, aparcando en uno de los 2 parkings habilitados a fecha noviembre 2021. Para aparcar hay que pagar 1.000 ISK (unos 7€) por vehículo mediante el QR. Está indicado en los propios parkings.

Desde el parking 1 se puede hacer la llamada ruta A, más larga, pero que permite acercarse más a la boca del volcán. Desde el parking 2 se puede hacer la ruta C, con una visión más panorámica del mismo. Ambos parkings tienen baños portátiles y un puesto de comida. Además, el parking 1 tiene habilitado un punto de información. En meses anteriores, hubo una ruta B que se tuvo que cerrar al cubrirla la lava. Por lo tanto, si vas a visitar el volcán, comprueba el estado del mismo y de las rutas y parkings en la web.

Nosotros, sabiendo que no íbamos a poder ver la erupción y que hacía mucho viento, simplemente elegimos hacer parte de la ruta C, para al menos ver la magnitud de la erupción y las lenguas de lava.

Salimos desde Reykiavík tomando primero la carretera 42 y luego por la 427. Así, además de poder cruzar varias montañas y sus vistas, pudimos parar en las aguas termales de Seltún y Fulipollur. Allí, pudimos ver varias pozas de agua termales emanando agua con un fuerte olor a huevo podrido.

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Seltún

En el lugar, hay una zona de parking gratuito y baños, aunque éstos estaban cerrados. No paramos demasiado y continuamos hacía el parking 2 para hacer parte del trekking de la ruta C.

Allí, una vez pagado el parking, comenzamos la ruta. Hacía viento, lo que hizo más complicado la subida, aunque no es demasiado dura. En la ruta puedes parar cuando quieras para admirar las lenguas de lava del volcán. Nosotros hicimos la mitad de la ruta y disfrutamos de este peculiar paisaje.

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Vista de la lengua de lava dejada por el Fagradalsfjall
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Fagradalsfjall. En mitad de la ruta C.

Al bajar, fuimos hasta las lenguas de lava para tocarlas y verlas de cerca. A pesar de que la erupción había parado hacía varios días, había zonas humeantes. Los colores de las diferentes capas de la lengua eran diferentes, en función de los minerales que componían la misma.

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Al borde de la lengua de lava
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El resultado de la erupción del volcán Fagradalsfjall

A pesar de no haber podido ver el volcán en su máximo esplendor, la visita mereció la pena.

La vuelta, la hicimos pasando por Grindavík, siguiendo primero la carretera 427 y luego la 43 para volver a Reykiavík. Al volver, paramos en el observatorio Perlan. Hasta el año 1991, en Perlan había varios tanques donde se almacenaba agua caliente, de origen geotérmico, para dar servicio a toda la ciudad. Hoy en día, en el lugar hay un museo, un observatorio o simplemente el mirador. Nosotros sólo visitamos este último. El precio fue de por 990 ISK (unos 6,5€) por persona. Las vistas de 360º de la ciudad y los alrededores son fantásticas, sobre todo en un día despejado. No parece un lugar muy elevado, pero, una vez arriba, eres consciente de que se puede ver toda la ciudad.

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Perlan y sus vistas

Desde allí, fuimos a comer a la crepería Eldur and Is, en el centro. Luego estuvimos callejeando por la ciudad y compramos algunos souvenirs. El centro de la ciudad está lleno de tiendas de artesanía, ropa, etc. donde poder comprar algunos regalos. Muchas de ellas incluyen el distintivo tax free, por el que te pueden devolver parte de los impuestos presentando los recibos en el aeropuerto.

Después, nos fuimos a descansar al hotel. Nuestras vacaciones se acababan. Antes de marcharnos, decidimos ir a cenar a un restaurante del que habíamos leído buenas recomendaciones para comer sin gluten: Reykiavík Chips. Todo un acierto.

Con buen sabor de boca, volvimos paseando al hotel para descansar. Al día siguiente nos esperaba un largo día de vuelta a casa.

Te contamos en detalle los lugares a visitar  de la capital en Qué ver en Reykiavík.


Para ver el itinerario completo de nuestro viaje, entra en 12 días en Islandia.