Nos despertamos temprano con una gran nevada. Aún no había amanecido, pero salimos hacía Akureyri. Nuestra ruta prevista:
RUTA (120 km):
- Visitar Akureyri
- Iglesia de Grund o Grundarkirkja
- Jólagardurinn o la Casa de Navidad
Para llegar a Akureyri, tomamos la carretera principal 1 durante al menos 1 hora. Para llegar puedes tomar el túnel de pago que te permite recorrer de manera tranquila unos pocos kilómetros en poco tiempo, o ir por una carretera secundaria durante casi 3 veces más tiempo y distancia.
Si vas a visitar las Casas de Césped de Laufás, quizás la mejor opción sea ésta última. Sin embargo, cuando nosotros viajamos, estaban cerradas, y la carretera no estaba en el mejor estado por la nieve, así que decidimos cruzar el túnel. Hay que pagar en las 24 horas anteriores o posteriores a cruzarlo. El pago se hace en la web www.tunnel.is indicando la matrícula de tu vehículo y los datos de la tarjeta de débito/crédito. En cuanto hace el pago, recibes al momento una factura al correo electrónico. El precio es de 1.500 ISK por vehículo (unos 10€). Es el único «peaje» dentro de la ring road, o ruta circular de Islandia.
Tras cruzar el túnel, enseguida llegamos a Akureyri, que con unos 20.000 habitantes es la ciudad más poblada del norte de Islandia. Aparcamos en un parking gratuito cerca del Jardín Botánico Lystigardur. Este jardín luce todo su esplendor desde inicios de junio a finales de septiembre. El colorido de las plantas y flores no se puede ver en invierno. Sin embargo, nosotros decidimos pasear por él. Es un lugar tranquilo aunque, obviamente, verlo cubierto completamente por la nieve no es lo mismo que verlo en verano. Tiene una cafetería y baños, pero todo estaba cerrado cuando pasamos por allí. Dimos un paseo aunque no estuvimos mucho tiempo.
Desde allí, fuimos andando hasta la iglesia luterana de Akureyri. Durante el camino, pudimos contemplar la iglesia católica. Estaba cerrada y no se podía visitar, así que continuamos nuestro camino por la calle Eyrarlandsvegur, donde se pueden ver varias casas antiguas que te hacen cerrar los ojos y volver al pasado de Akureyri.
Tras disfrutar de estas coloridas casas, llegamos a la imponente iglesia de Akureyri. Es un edificio de corte «moderno», construido en 1940 y que no llamaría tanto la atención si no estuviera en una de las zonas más altas de la ciudad. Desde la fachada principal se puede bajar hasta el centro de la ciudad por una larga escalinata, que, por supuesto, sirve para llegar a la iglesia desde una de las calles principales de Akureyri.
Después de visitar la iglesia, deshicimos el camino andando hasta el parking, para dirigirnos a la Iglesia de Grund o Grundarkirkja, a unos 20 kilómetros de la ciudad por la carretera 821. Allí, en medio de la pequeña aldea de Grund, con apenas unas granjas, se encuentra esta curiosa iglesia. Esta vez sí, sus colores rojos en contraste con la nieve hacen que la visita valga la pena. Aunque está cerrada, merece la pena acercarse a verla si estás por Akureyri.
No pasamos mucho tiempo allí y tomamos el camino de vuelta en dirección Akureyri. Sin embargo, nuestra parada estaba a medio camino: Jólagardurinn o la Casa de Navidad.
Está claramente indicada a un lado de la carretera 821. Tiene un pequeño parking gratuito a la entrada. Una vez allí, hay varias pequeñas casitas de regalos navideños. Es un lugar pintoresco y curioso que merece la pena visitar si estás en la zona, sobre todo si viajas con niñ@s. Hay un par de puestos de comida y golosinas, y dos tiendas de regalos. La tienda del edificio gris tiene artículos más internacionales que locales. En cambio, la tienda del edificio rojo tiene mayor encanto, transmite un gran espíritu navideño, y tiene muchos productos locales y artesanos, además de caramelos de muchísimos sabores.
Los precios, en general son también los típicos de Islandia, aunque también puedes encontrar pequeños detalles a un precio bastante asequible. Fuera de los edificios principales hay una zona de picnic con un baño totalmente decorado, así como pequeñas casas de elfos, adornos de Papá Noel… Abren de 12:00 a 18:00 durante todo el año.
Tras pasar un rato divertido, volvimos a Akureyri para hacer el check in en el alojamiento que habíamos reservado: K16 Apartments. Después, tratamos de encontrar un restaurante apto para celiacos sin mucho éxito, tal y como te contamos en nuestro post Sin Gluten Islandia Gluten Free. Así que, acabamos cocinando algo en el apartamento.
Descansamos un rato y, a pesar del frío (unos -10ºC), salimos a dar un paseo. Callejeamos por la zona centro de la ciudad, la zona del puerto cercana al centro cultural HOF, etc. Las calles principales son coloridas y tienen pequeños negocios locales. El paseo por el puerto fue curioso, ya que puedes ver varios paneles explicativos de las casas que tienes enfrente y de su historia.
También visitamos una tienda de libros de segunda mano muy completa, en muy buen estado y en la que nos atendieron de maravilla. Aprovechamos a comprar varios libros como souvenir.
Como era temprano, y hacía mucho frío, decidimos acabar el día entrando en calor. Que mejor manera que… ¡visitando las piscinas locales! Están muy cerca del centro, y, en nuestro caso a apenas 5 minutos del apartamento. Llegamos, preguntamos si podíamos entrar, pagamos la entrada, 2.000 ISK por persona (unos 7€) y tratamos de integrarnos como unos lugareños más, aunque se notaba claramente que éramos los únicos extranjeros.
Los vestuarios, similares a los que podamos encontrar en la piscina de nuestra ciudad, aunque las taquillas se cerraban con un código digital y no con una moneda… Antes de salir a la piscina, es obligatorio ducharse con agua y jabón. Está indicado en varios carteles y te lo repiten en varias ocasiones los trabajadores. Una vez sales de la zona de vestuarios, pero todavía en el interior del edificio, hay una especie de «túnel de agua» para acceder a una de las piscinas sin que tu cuerpo esté expuesto a las gélidas temperaturas del exterior. Sí, hay una piscina interior, pero la mayoría de las piscinas y donde está todo el mundo, son exteriores.
La temperatura exterior era de -10ºC, pero había varias piscinas, unas más grandes y otras más pequeñas, con diferentes temperaturas, en general, entre los 35 y los 43ºC. Todas salvo una, en la que un cartel antes de entrar indica: «el lugar más frío de Akureyri». Es una piscina de agua helada donde únicamente fuimos capaces de meter los pies, pero en la que muchos locales se sumergían durante unos cuantos minutos. También, como no, el lugar cuenta con una sauna.
Probamos todas piscinas, ante la mirada curiosa, aunque discreta de los locales, que utilizan las piscinas como lugar de reunión y charla. Había gente de todas las edades, familias, gente sola…
Antes de marcharnos, David no pudo evitar probar uno de los toboganes cubiertos. Le encantó la experiencia, aunque recomendación: piénsalo dos veces, ya que para subir hasta lo alto de la plataforma, hay que hacerlo sobre una escalera de metal llena de escarcha. Al bajar, no sentía las plantas de los pies.
Disfrutamos mucho de este rato y lo recomendamos si visitas Akureyri. Tras el relax en la piscina, fuimos al apartamento a cenar y descansar. Al día siguiente nos dirigiríamos a Hvammstangi.
Para ver el itinerario completo de nuestro viaje, entra en 12 días en Islandia.