Nos despertamos en Zagreb, con las vistas del colorido Mercado Dolac desde las ventanas. Muy curioso ver cómo lo montaban desde lo alto. Aunque nos hubiera gustado estar un día más en Zagreb, nos marchamos de vuelta a Liubliana. Por delante, 150 km y unas 2 horas de viaje en coche.
Al no pertenecer Croacia al área Schengen (a fecha septiembre 2022), hay que cruzar una aduana – frontera entre ambos países. Aunque no es obligatorio, sí suelen recomendar mostrar el pasaporte. A nosotros incluso nos lo sellaron.
Como habíamos madrugado, íbamos bien de tiempo y ya habíamos visitado Liubliana, decidimos, una vez llegamos a la capital, desviarnos e ir a Škofja Loka, un pequeño pueblo a unos 30 minutos en coche.
Škofja Loka es considerada la ciudad medieval más antigua y mejor conservada de Eslovenia.
Aparcamos en un pequeño parking muy cerca del casco antiguo. Desde allí, andando, callejeamos por las calles principales de la ciudad.
El tiempo no acompañaba, ya que llovía un poco, pero pudimos ver sus pintorescos edificios, casas, calles, puentes y divisar su castillo.
No dedicamos mucho tiempo más allá de pasear por el casco histórico, pero te indicamos los puntos más relevantes del mismo:
- Castillo de Škofja Loka
- Iglesia y puente de los Capuchinos
- Iglesia de las Monjas
- Mestni trg, la plaza principal
- Iglesia de la Santa Cruz
- Puente de Hudiceva o Pasarela del Diablo
Como empezó a llover más fuerte, volvimos al coche para recorrer de vuelta los casi 30 km hasta Liubliana y devolver el coche de alquiler. Aunque lo habíamos cogido en el punto de recogida que la empresa Sixt tiene en el centro, sólo se puede devolver en la estación de tren. El hacerlo es un poco caótico ya que no está muy bien indicado y el parking no está muy bien habilitado. Te recomendamos sigas las instrucciones de el mapa antes de ir a la estación.
Tras devolver el coche, fuimos a comer. Habíamos reservado habitación en un pequeño hotel cerca del Puente de los Dragones, para pasar nuestra última noche en Eslovenia.
Por supuesto, reservamos mesa para comer en el restaurante Dežela Okusov, el restaurante 100% sin gluten donde habíamos comido el primer día que llegamos a Liubliana. Nos habíamos quedado con las ganas de repetir algún plato y de probar otros nuevos, así que volvimos y disfrutamos un montón.
Tras la copiosa comida, paseamos por la ciudad el resto de la tarde, callejeando con tranquilidad, comprando algún regalo para nuestros familiares y amigos, disfrutando con calma del final de las vacaciones. Liubliana es una ciudad cómoda y tranquila para ello.
Y, pronto, nos fuimos a descansar, al día siguiente, iríamos hasta Venecia para coger el avión de vuelta a casa.
Para ver el itinerario completo de nuestro viaje, entra en 13 días en Eslovenia y Croacia.
