Tomándonos la última etapa del viaje con relax y con la intención de hacer alguna actividad diferente, reservamos el día anterior un viaje en tirolina.
Encontramos la actividad por internet y tras preguntar varias dudas, nos animamos a hacerlo.
La tirolina, atraviesa por la parte inferior un puente y tiene un recorrido de casi 2 kilómetros en dos tramos diferentes. La entrada cuesta 14.000 dram para adultos y 8.000 dram para niños. Si quieres alquilar una go-pro y que luego te manden los vídeos, tienes que pagar 2.000 dram más.
Nos indicaron que no hay restricciones de edad, aunque nosotros, tras hacerlo, creemos que no es apta para menores de 2 años. Hay que reservar con antelación.
La actvidad comienza en una zona alta de la ciudad, a unos 12 kilómetros del centro. Tras ir en taxi hasta allí, esperamos hasta que abrieran, a las 10:00 de la mañana. Tuvimos suerte ya que sólo había otra persona para hacer el viaje a la misma hora que nosotros.
Una vez allí, pagamos el viaje para los 3 y el alquiler de la go-pro y nos dieron el equipo que teníamos que llevar (arnés, casco y mochila).
Todos preparados, primero se lanzó África con David, con un instructor detrás. Al llegar al primer punto, se lanzó Sandra. África parecía asustada en un primer momento, pero luego fue toda una experiencia para ella, mejor de lo esperado.  A nosotros, nos gustó mucho y lo recomendamos.
La actividad dura en total 1 hora aproximadamente, desde que pagas hasta que llegas al punto de inicio de nuevo. La empresa se encarga de llevarte en coche desde la parte más baja, hasta el punto inicial.
Desde allí, decidimos ir a visitar el monumento a la Madre de Armenia, visible desde toda la ciudad. En la parte inferior, hay un pequeño museo al que se puede entrar de manera gratuita, aunque aceptan donaciones. Alrededor hay varios vehículos militares.
La Madre de Armenia tiene una altura 51 metros, incluyendo el pedestal. Sustituyó en 1962 a una estatua de Stalin. Hay muy buenas vistas de la ciudad.
Allí mismo, está el Parque de la Victoria, donde hay atracciones, una gran noria. Un lugar muy bueno para pasar con los niños, pero también para adultos, ya que hay atracciones para todas las edades. Además, algunas son bastante antiguas, lo cuál merece una visita igualmente.
Tras montar a África en algunas barracas, comimos en un restaurante en el que había productos a la brasa. Preguntamos si era seguro en lo relativo al gluten y, tras ver donde cocinaban, pedimos un plato de barbacoa de pollo, cerdo y patatas. Comimos muy bien.
Como era pronto, decidimos coger un taxi hasta el Memorial del Genocidio, un monumento
dedicado a las víctimas del genocidio armenio, hecho que sufrieron desde 1915 hasta alrededor de 1922 de manos del imperio otomano. Además de los monumentos, hay un pequeño museo que se puede visitar de manera gratuita.
Desde allí, cogimos un taxi a Echmiadzin, a unos 30 minutos del centro de Ereván. Todo el mundo se santigüa al llevar ya que es la capital espiritual de Armenia.
Allí visitamos la catedral y la Santa Sede de los católicos armenios. Se puede entrar gratis y recorrer todo el complejo. Cuando nosotros lo visitamos había mucha gente, militares con sus familiares y ambiente muy festivo.
Dimos un paseo por las calles de la ciudad y volvimos a Ereván para pasar un rato por el parque Diana Abgar, en el que se pueden ver varios monumentos de hierba y disfrutar de su ambiente y sus fuentes.
Tras mojarnos por completo…fuímos al apartamento a descansar.