Nos levantamos tarde y desayunamos tranquilos.
Tras un rato de relax, comemos algo ligero, para después de estar un rato descansando dirigirnos hacia la costa, ya que hacía bueno, para visitar alguno de los sitios que nos habían recomendado.
Playa Gulpiyuri
El acceso a esta playa está junto a un acceso de la A8. Allí aparcamos, en la cuneta. No es un buen sitio para dejar el coche, pero todo el mundo aparcaba allí. De hecho, estaba lleno de coches.
Después vimos que hay otro camino para acceder a esta playa, con el coche, desde la playa de San Antolín. Es un camino sin asfaltar y difícil de encontrar. El navegador nos indicó ir por ese camino al principio, pero el desvío era por un túnel pequeño y no quisimos meternos por ahí.
Es considerada una de las playas más peculiares de Asturias por tratarse de una playa interior, sin mar, situada 100 metros tierra adentro de la costa. Además, fue declarada Monumento Natural en el año 2001.
La playa es pequeña y no pudimos entrar, ya que, debido al COVID, tenía aforo y estaba completa. Había mucha gente para sacar la típica foto de esta playa y de los acantilados.
La verdad es que, a nosotros, no nos impactó demasiado. Pero sí que recomendamos visitarla, ya que es curioso ver, por primera vez, una playa interior. El agua entra desde el mar, a través de una pequeña grieta en las rocas, creando una pequeña playa en bajamar (como la que se ve en la foto) y llenándose completamente en pleamar, convirtiéndose en una piscina de agua salada.
Playa San Antonio del Mar
A pocos kilómetros de la playa de Gulpiyuri se encuentra la famosa playa de San Antonio del Mar.
No se puede acceder a ella en coche, por lo que hay que dirigirse a la playa de Cuevas del Mar, donde hay sitio para aparcar. Vimos muchos coches aparcados en la cuneta de la carretera. Nosotros aparcamos en un descampado, señalizado como parking y controlado por una persona a la entrada. Este parking cuesta 2,50€.
Desde la playa de Cuevas del Mar, pasado el chiringuito, hay un camino, de tierra, que lleva a la playa de San Antonio. Al llegar a un caserío, hay que girar a la izquierda, hacia la costa. Se ve la ermita. Antes de llegar a la misma, a la derecha, hay un camino que lleva a esta playa.
La playa de San Antonio del Mar fue considerada la mejor playa de España 2020.
Y es que esta playa nos enamoró…
Esperábamos mucha gente, pero estaba prácticamente vacía. Es una playa ideal: agua y arena limpia, pocas olas y protegida por las rocas.
Después de un baño, solos, nos sentamos junto a las rocas a leer tranquilamente… disfrutando del sonido del mar y de la paz que se respiraba…
Bufones de Pría
Después fuimos a visitar los Bufones de Pría.
Está muy bien indicado cómo llegar desde la A8. Hay varios parkings gratuitos antes de llegar. Uno a 1,7 km y otro a 1 km. Este último estaba lleno.
Los bufones son grietas y chimeneas abiertas en la costa y conectadas con simas marinas por las que el agua del mar penetra a presión formando columnas de agua pulverizada que pueden alcanzar los más de 20 metros de altura.
Este fenómeno natural se origina por la penetración del agua de lluvia en pequeñas fracturas o zonas más débiles de la roca, hasta llegar al mar, formándose pequeñas cavidades y provocando que, con el paso del tiempo, se forme una cueva comunicada a través de un conducto vertical.
Si la mar está en calma, estos respiraderos sólo expulsan aire. En cambio, en los días de fuerte marejada, los bufones se transforman en un espectáculo. Con la llegada de las olas, el aire y el agua que existe en las cuevas se comprime y sale a gran presión al exterior.
Como, cuando fuimos, el mar estaba en calma, no los vimos bufar. Así que dimos un paseo por los acantilados viendo los enormes huecos por donde sale el agua del mar a presión.
Tendremos que volver para verlos en todo su esplendor.
Desde esta zona, se puede hacer la Senda de Samuel, en memoria de Samuel Cachero Álvarez, una persona muy querida y reconocida en la zona. Se trata de una ruta circular, de dificultad baja, con una duración de unas 2 horas. Lo que hace especial a este sendero es la hermosa belleza del recorrido: plagado de pozas, cascadas, árboles curiosos y aguas transparentes.
La Cuevona
De camino de vuelta decidimos visitar La Cuevona: un cueva natural que sirve de acceso al pueblo de Cuevas, cerca de Ribadesella.
Se tarda en llegar, ya que, primero hay que ir a Ribadesella y cruzarlo, y el resto de la carretera, en dirección a Cuevas, es estrecha y con bastantes curvas. Además, como la carretera acaba en Cuevas, la vuelta es por el mismo camino, en dirección contraria.
Se trata de una cueva natural de 300 metros longitud. Realmente sorprendente.
Excavada y modelada por el río, es el único acceso para vehículos a este pueblo. Sus estalactitas y estalagmitas son producto de millones de años de trabajo del agua sobre la roca caliza.
No se puede acceder a ella en coche. Hay un parking en la entrada, pudiendo visitarla andando. La visita es gratuita.
Desde Cuevas se pueden hacer dos rutas:
- Ruta de los Molinos: es una ruta a pie de 6 km, unas 4 horas de duración. Recorrido: Cuevas – Arroyo Ginestral del Castiello – Tresmonte.
- Circuito del Monte Moro: es una ruta circular, que se puede hacer a pie o en bici, de unos 20,5 km. Recorrido: Cuevas – Moro – Soto – El Carmen – Ribadesella – La Huertona – El Alisal – Cuevas.
Tras nuestra visita a la Cuevona, volvimos al apartamento a descansar.
Para ver el itinerario completo de nuestro viaje, entra en 17 días en Asturias y Norte de León.
