Antes de preparar tu mochila “Sin Gluten Free”, lo primero que debes hacer es informarte si en el país se puede introducir comida y, en caso afirmativo, de si hay restricciones con algunos productos concretos. Por ejemplo, la carne o los embutidos suelen estar restringidos en la mayoría de países.
Normalmente, esta información la puedes encontrar en la página del MAEC o en las web del ministerio de turismo del cada país.
También puedes consultar la web de la asociación de celiacos del país, si existiera, donde podrás encontrar información relativa a las restricciones, etiquetado, información sobre restaurantes y supermercados, así como otros consejos útiles. Si la página no tiene mucha información o, simplemente, si lo prefieres, puedes contactarles para pedirles más información.
Puede que no sea fácil. En nuestros primeros viajes, tratamos de contactar con asociaciones de celiacos de otros países, pero o no existían o no nos contestaron. En cualquier caso, te recomendamos que lo intentes.
Otra recomendación es que solicites a tu médico un documento que certifique tu condición celiaca. Normalmente, este documento está en castellano y sólo te servirá en aquellos países de habla hispana. Puedes traducirlo, aunque el oficial, sólo estará en castellano. No está de más llevarlo.
Una vez vemos que no hay ninguna restricción importante con la comida, ¡nos ponemos a preparar la mochila!
Sobre la comida, intentamos seguir las siguientes reglas:
- Intentar no facturar la comida: si nos pierden la maleta, quizás podemos comprarnos unos pantalones fácilmente, pero puede que no sea tan fácil encontrar unas galletas sin gluten.
- Dividir la comida en las dos mochilas: esto también lo hacemos con el resto de la ropa, para que, en caso de perder la maleta, tener ambos algo, tanto de ropa como de comida sin gluten.
- Hacer cálculos aproximados de cuánta comida necesitaremos. Para ello, valoramos antes de viajar si, en el destino, hay posibilidad de comprar en supermercados, la ruta, la facilidad de encontrar restaurantes y el número de días que podemos comer en ellos, en función del presupuesto.
Nuestros indispensables sin gluten para viajar
- Batidos sustitutivos sin gluten. Los descubrimos en uno de nuestros primeros viajes y, la verdad, es que nos han sacado de muchos apuros. Además, están bastante buenos. Son muy útiles cuando vas a hacer una excursión, un trekking o, simplemente, cuando quieres pasar el día pateando una ciudad sin preocuparte por dónde vas a comer.
- Galletas. Uno de los puntos complicados de viajar son los desayunos. Las galletas ayudan a empezar el día con energía y también sirven como tentempié.
- Barritas. Sobre todo, pensando en las excursiones, trekkings, etc. Ocupan poco y vienen muy bien.
- Tortas. Comprar pan sin gluten suele ser complicado en la mayoría de países, por no decir que es casi imposible. Nosotros llevamos tortas, que no ocupan demasiado y sirven tanto para hacerse un bocata como para untar la salsa de una rica comida sin gluten.
- Latas de atún. Se conservan bien, ocupan poco y sacan de un apuro.
- También tratamos de llevar frutos secos y algunas gominolas, para tener energía si hacemos trekkings.
¿Qué cosas se suelen poder comprar en los países sin problema?
En general, en la mayoría de países siempre encontrarás fruta y arroz blanco. De hecho, el arroz blanco fue una de nuestras comidas casi diarias en nuestro viaje a Nepal y Tibet.
En general, es posible encontrar carne a la brasa e, incluso, verduras en muchos países.