Nos dirigimos hacia Gori, cerca de la frontera con Osetia del Sur. Gori, está aproximadamente a 1 hora de Tiflis. Lo más conocido de esta ciudad es que aquí nació Stalin, el dictador que dirigió la URSS entre 1941 y 1953.
Gracias a ello, la ciudad es conocida y visitada, sobre todo para ver todo lo relacionado con Stalin. Su pequeña y humilde casa natal se encuentra en el centro de la ciudad.
Tras la misma está el museo con su nombre que expone muchísimos objetos suyos, fotos, bustos y parte de la historia de su vida y todo lo que hizo en su vida.
Además, la “guinda” de la visita es poder ver, fuera del edificio, su vagón personal de tren. La verdad es que, como curioso, es lo que más nos gustó de la visita. Aunque hoy en día no sería muy cómodo, para la época, está claro que el tren era todo un lujo.
La casa donde nació Stalin se puede ver desde la calle. Para visitar el museo y el tren, hay que pagar 15 GEL por persona. A determinadas horas, hay una visita guiada en inglés a la que te puedes unir.
Tras esta visita, nos dirigimos a la fortaleza de Gori.
Para subir, hay que hacerlo por un camino y subir unas cuantas escaleras.
Las vistas de Gori son muy buenas, aunque si no tienes mucho tiempo, el esfuerzo de subir no merece tanto la pena. La fortaleza es gratuita y no hay que coger entrada.
Al bajar, pudimos visitar la iglesia francesa ortodoxa. A su lado hay una iglesia georgiana, a la que no se podía entrar.
Deade allí, vamos a las cuevas de Uplistsikhe, que significan “la fortaleza del Señor”, a unos 20 kilómetros de Gori.
Se cree que las cuevas estuvieron habitadas hace más de 4.000 años por más de 15.000 personas, siendo además un punto clave de las rutas comerciales de la época.
La entrada a las cuevas es de 15 GEL por persona, o 20 GEL si quieres visitar una vinoteca al final del recorrido circular.
La visita se puede hacer en ambos sentidos, aunque recomiendan hacerlo por las escaleras de un “túnel secreto”. Nosotros también creemos que es mejor hacerlo en este sentido.
La subida a las cuevas es costosa, pero son realmente bonitas. Si viajas con niños pequeños no es posible llevar carro y tendrás que llevarlos en porteo o encima de ti.
Durante todo el ascenso, puedes ver muchas de las cuevas de todo tipo.
Tras el esfuerzo de la subida (más aún con el calor), la recompensa es llegar al pequeño monasterio en la cumbre.
El monasterio y las vistas son bonitas. Toca poco a poco bajar y llegar al punto de partida.
Volvemos por la carretera dirección Tiflis, para parar en la iglesia de Jvari, que significa cruz y que está en una colina desde las que se tienen unas vistas increíbles de Mtskheta.
La iglesia por dentro es muy pequeña y no es muy imponente, aunque está ubicada en un lugar privilegiado. El acceso a la iglesia es gratis.
Desde allí, vamos hacia Mtskheta, que fue capital de Georgia durante 8 siglos. Uno de los puntos clave de la ciudad es la Catedral de Svetiskhoveli. Está rodeada de murallas y tras cruzarlas está la imponente catedral. Nos gustó muchísimo.
En esta catedral se han coronado a varios reyes y ha servido de mausoleo a algunos de ellos. La leyenda dice que, en la iglesia, está enterrada la túnica que llevó Jesucristo cuando fue crucificado.
Paseamos por una de las calles principales de la ciudad, con bares, restaurantes y tiendas de souvenirs y desde allí, volvemos a Tiflis.
Desde allí nos vamos hacia Tiflis, donde acabamos el día dando un paseo por la ciudad y cenando en el apartamento.
Para ver el itinerario completo de nuestro viaje, entra en 19 días en Azerbaiyán, Georgia y Armenia.